Cartas al director
No pares, sigue
Vivimos tiempos difíciles para el sector agroalimentario y para los consumidores. Los precios de los alimentos han subido un 45,8 % desde la pandemia, según datos de la OCDE, mientras la producción alimentaria cayó un 0,8 % el último año.
A ello se suman los márgenes abusivos entre origen y destino: el precio de la patata se multiplica hasta un 630 % desde el campo al supermercado. Los medios económicos alertan, además, de que las grandes cadenas mantienen beneficios récord pese a la caída del consumo.
Hasta hace unos meses, el Gobierno intentó frenar esta situación con subvenciones a los precios básicos. Una solución rápida, pero que no ataca la raíz del problema: la falta de políticas capaces de activar la economía real, crear empleo estable y aumentar el poder adquisitivo; en especial, mediante un modelo educativo pensado para el presente y el futuro.
Subvencionar puede ser un parche, pero no una estrategia. Si no generamos crecimiento productivo, innovación y equilibrio entre campo, industria y consumidor, seguiremos en un bucle de precios altos y salarios estancados.
La inflación no para: sigue y sigue en una espiral incapaz de ser detenida, porque el mundo ha cambiado y nosotros seguimos con modelos educativos, productivos y tecnológicos del pasado. Mientras tanto, muchas familias sufren las consecuencias, con cestas y monederos cada vez más vacíos.
La solución es sencilla: abajo la polarización y arriba la transformación. Necesitamos flotillas en nuestra sociedad que detengan esta sangría social.