Cartas al director
Mazón: tarde y mal
El peor error que el centroderecha está haciendo frente a una izquierda desatada y ansiosa de poder para la que, como estamos viendo, el fin justifica los medios, es hacer las cosas tarde y mal: dejando a un lado al socialista genético, ese que aunque haya que votar a una fregona lo hace porque lleva la chapita del partido, es más que evidente el hartazgo de la sociedad española ante la deriva que frisa lo antidemocrático del actual Ejecutivo de coalición entre socialistas y comunistas.
Este sector de la ciudadanía, al igual que en los últimos años del 'reinado' de Felipe González salpicado de continuos escándalos, no busca tanto un cambio de ideología, sino un giro hacia la ejemplaridad y, en eso –además de en otras cosas– el PP como partido mayoritario en las Cortes opera tarde y mal.
La última muestra de ello es el caso de Mazón: la crónica de una muerte anunciada, una lenta agonía política que resultaría anecdótica de no ser por las más de doscientas víctimas mortales que la mala gestión del presidente autonómico conllevó hace ahora justo un año, y es que la ejemplaridad política, hoy tan denostada, no entiende de tiempos, ideologías ni estrategias políticas, sino de inmediatez: lo que los ciudadanos esperan, por encima de siglas, es que el político de turno asuma responsabilidades y las consecuencias que de ello se deriven como garante del buen funcionamiento de las instituciones democráticas y nuestros representantes.