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29 de marzo de 2024

Editorial

El PP de Feijóo

El nuevo presidente del PP ha dejado las cosas claras desde el primer asalto al recordar que moderación no es tibieza; dialogo no es sometimiento; los intereses de España no son los de este Gobierno: «No nos van a intimidar»

Actualizada 09:27

Alberto Núñez Feijóo ha inaugurado su presidencia del Partido Popular con un brillante discurso en el que ha reivindicado con sólidos argumentos la centralidad de su partido, al que ha tildado, con razón, como el más constitucionalista de los que hay en España.
Es poco común hoy, casi en ningún partido, oír reivindicar el nombre de España tantas veces y de forma tan bella como lo ha hecho Feijóo en sus palabras. Pero también ha reivindicado el mejor europeísmo, el de la unidad de Europa, el de la moneda común, el que en la hora presente está luchando por la libertad frente a la amenaza de Rusia.
Y también ha demostrado saber romper con todo complejo y con el discurso de esta izquierda que nos gobierna –y con la que dijo que no comulga “la mayoría de los votantes del PSOE de siempre"– cuando reivindicó que el PP es el partido de los trabajadores, de los agricultores y de todas las clases sociales.
Recuerda Feijóo que España se merece algo más que un Gobierno que rompe los consensos básicos. Que España se merece un Gobierno con fiabilidad, madurez, sentido de Estado y un rumbo claro. Parece poco concreto, pero en la España actual es muchísimo.
Feijóo ha reivindicado una larga lista de asuntos en los que el PP puede garantizar su apoyo al Gobierno, demostrando una vocación de partido de Estado: para rectificar lo que se hace mal; para cesar a los ministros que hacen oposición desde el Gobierno; para bajar impuestos a la energía; para proteger los servicios públicos con una economía que crezca de forma sana; para no depender de los que quieren fracturar y dividir nuestro país; para respetar que la política exterior no es cosa de un hombre sino de todos los españoles...
Pero Feijóo ha dejado las cosas claras desde el primer asalto al recordar que moderación no es tibieza; dialogo no es sometimiento; los intereses de España no son los de este Gobierno; «no nos van a intimidar; no nos van a decir lo que tenemos que hacer o pensar en cada momento. No seríamos leales a España si dejáramos de hacer oposición».
Tiene toda la razón Feijóo cuando reivindica que el PP sabe gobernar y quizá por eso ha tenido que sacar a España de dos crisis menos graves que la que enfrenta en este momento. Y quizá por eso también, en un escenario político más fracturado que nunca, demuestra mucho instinto al apostar por ganar votos por el centro y quizá incluso por la izquierda, votos que roba a los partidos que están gobernando, una vez que Ciudadanos está prácticamente disuelto. El voto más a la derecha está ya bien representado. La realidad es que en España no hay bipartidismo en esta hora. Probablemente sea bueno volver a él, pero primero urge mucho más encontrar la forma de desalojar el peor Gobierno de la historia de España.
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