De continentes y aldeas
Vista desde Asia, Europa es una península que se extiende desde los Urales a Gibraltar. Su historia la ha hecho múltiple en disparidades regionales, dentro de una cultura, en grandes líneas, común
La tragedia de la Segunda Guerra Mundial hizo que algunos dirigentes abrieran el camino para conseguir una Europa unida. La leyenda o verdad sobre el modo en el que se diseñó en Estrasburgo la bandera de la Unión Europea, muestra las convicciones de los «padres de Europa».
Nacieron dos instituciones de importancia. La una desembocaría en la Unión Europea de los 27, que exigiría a aquellos países que desearan ser sus miembros el cumplimiento de los denominados 'criterios de Copenhague', que se resumen en lo siguiente: poseer instituciones estables, garantes de la democracia; poseer una economía de mercado operativa y capaz de enfrentar una fuerte competencia; el criterio de acerbo o capacidad para asumir todas las obligaciones de la adhesión, el derecho contenido en los Tratados, los valores de la vieja Europa. La otra institución fue el Consejo de Europa, formado por 46 miembros, que vienen a ser los países que componen Europa.
Se eligió como modelo económico la economía social de mercado, consistente en un «mercado altamente competitivo» operando en un marco de justicia social. Venía a ser el modelo alemán de la postguerra.
Las regiones europeas presentaban un nivel económico dispar, lo que hacía que algunas de ellas tuvieran grandes dificultades para competir en el mercado único y cumplir así la totalidad de los criterios de Copenhague. Se decidió ayudarlas, diseñándose programas y medidas de apoyo. Europa necesitó saber más de sí misma. Una de las instituciones que han colaborado a ello es la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat). Una institución vital para conocer los resultados de los planes y el nivel de satisfacción de los gobernados con los gobernantes.
Eurostat, para fines de estadísticas socioeconómicas, dividió el territorio de la Unión Europea y creó la Nomenclatura de las Unidades Territoriales Estadísticas (NUTS). Hizo la división siguiendo dos criterios principales:
—El primero, la existencia de una «unidad administrativa» en la región que esté facultada para tomar decisiones administrativas, dentro del marco jurídico e institucional de un Estado Miembro.
—El segundo, el número de habitantes de cada región, yendo desde un mínimo de 150.000 a un máximo de siete millones. El intervalo se dividió en tres tramos (NUTS I, II, III), aceptándose una cierta flexibilidad en la adscripción a cada una de las regiones.
Las importantes diferencias entre las unidades territoriales (NUTS) hicieron que las autoridades de la UE diseñaran una política regional con el fin de disminuir las diferencias y aumentar la colaboración entre sus ciudadanos e instituciones. Resultados de ella son los Fondos Estructurales Europeos, el Comité de las Regiones o el Instrumento de Soporte Técnico (TSI), que ha permitido que se desarrollen alrededor de 1800 proyectos conjuntos.
La actual nomenclatura data de 2021, y enumera 92 regiones de nivel NUTS I, 242 regiones de nivel NUTS II y 1.166 regiones de nivel NUTS III. Importante es notar que cada una de estas regiones tiene una autoridad administrativa.
Las comunidades autónomas españolas están clasificadas entre las 242 regiones NUTS II, las cuales presentan una cierta «equivalencia» dentro de la Unión Europea.
La Comisión Europea elabora un Índice de Competitividad Regional (RCI), que trata de medir la capacidad de una región NUT II para ofrecer un trabajo y una vida agradable a aquellos que la habitan. La metodología del RCI fue revisada en 2022, recogiendo la valoración de 68 indicadores relativos, entre otras variables, a instituciones, educación, salud, mercado, tecnología, complejidad del mundo de los negocios, innovación. Los que parecen los últimos resultados publicados, correspondientes a 2022, adjudican los cinco primeros lugares a Utrecht; Holanda del Sur; Isla de Francia; Brabante-Norte; y Ámsterdam y su zona de influencia. Algunas comunidades autónomas españolas aparecen en la clasificación en los lugares que se indican: Madrid (37); País Vasco (84); Cataluña (109); Cantabria (133); Comunidad Valenciana (138); Aragón (139); Asturias (140).
Austria, Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y los Países Nórdicos tienen todas sus regiones por encima de la media del RCI para la Unión Europea. Los demás miembros tienen regiones por encima y por debajo de la media.
La clasificación de Eurostat tiene una finalidad estadística, pero muestra la complejidad de gobernar Europa, ya que cada región NUTS, además de poseer una autoridad administrativa, tiene algo de singular y no es demasía suponer que sus habitantes se creerán algo diferentes de sus vecinos. Es consecuencia de la larga historia de Europa y de la idiosincrasia de los europeos.
Hace años, la prensa informó que la Asamblea Francesa había decidido dedicar una sesión a debatir si Asterix y Obelix, los entrañables galos que defienden su pequeño trozo de tierra, su aldea, y su cultura local, con el mayor tesón, eran de derechas o de izquierdas. Desconocemos los resultados, pero lo que sí puede colegirse de muchas de sus deliciosas aventuras es que aman extraordinariamente a la aldea que los vio nacer, pero que, por encima de ello, son ciudadanos de las Galias, su patria grande, a cuya independencia y prosperidad deben ante todo atender.
Trasladado a nuestro tiempo, quizás los ciudadanos europeos estén viviendo la necesidad de tomar una actitud parecida a la de los personajes de Goscinny y Udezco, consistente en que sin dejar de amar la región o NUT en la que tienen sus raíces, su familia, amigos, bienes contribuyan a crear o recuperar su patria común europea. Posiblemente, esta falta de solidaridad es la que diferencia principalmente a Europa de otros bloques con los que compite o convive. La Unión Europea solo llegará a buen puerto si los europeos así lo quieren.
Andrés Muñoz Machado es doctor ingeniero Industrial