Las caras de la noticia (18/03/2024)
Jordi Turull
El secretario General de Junts y mano derecha de Carles Puigdemont reconoció este domingo que volvería a intentar un golpe similar al del 1 de octubre de 2017, pero matizando: «Volvería a hacer el 1-O, y lo haría mejor». Con la amnistía ya aprobada por el Congreso de los Diputados, y a apenas dos meses de las elecciones catalanas, el independentismo no deja pasar la ocasión de exhibir su desprecio hacia los españoles, con la ineludible complicidad del Gobierno de Pedro Sánchez. Cuantas más cesiones, más envalentonados y más dispuestos parecen a lanzarse a un nuevo choque con el Estado. Estas son las consecuencias de una política de entreguismo a un secesionismo que se librará de Sánchez cuando más le interese.
Itziar Ituño
Itziar Ituño, las caras de la noticia
La actriz, señalada hace unos meses por encabezar una manifestación a favor de los presos de ETA, ha vuelto a hacer apología de la banda terrorista, esta vez en la entrega de unos premios. La polémica actriz vasca quiso blanquear durante su discurso en los premios de la revista Your's Magazine a Fermín Muguruza, autor del himno proetarra Sarri-sarri del grupo de música Kortatu. El blanqueamiento del mundo proterra parece haberse convertido en uno de los objetivos declarados de esta actriz que mira hacia otro lado cuando se trata de las víctimas de la barbarie etarra.
Ione Belarra
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha arremetido contra la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre el conflicto armado en Ucrania asegurando que sus palabras son «peligrosas». Belarra ha respondido así a la titular de Defensa, que ha afirmado que los españoles «no son conscientes de la amenaza total de Rusia» y de que Europa debe ser consciente de que el peligro está «muy cerca». «Hoy en día, un misil balístico ruso puede llegar perfectamente a España», subrayó Robles. Poner de relieve la compleja situación geoestratégica derivada, entre otras cosas, de la invasión rusa de Ucrania, es hacer un ejercicio de realismo. Lo contrario es minimizar la amenaza y mirar hacia otro lado, algo sin duda habitual en Podemos, más interesado en azuzar sus diferencias internas con el Gobierno para marcar perfil propio tras el fiasco con Sumar.
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