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05 de mayo de 2024

tribunaLuis Peral
Luis Peral Guerra

Recuperar España

Los españoles somos un pueblo creativo, con iniciativas de éxito a nivel internacional en todos los ámbitos económicos y sociales, un pueblo que sabe disfrutar de la vida y que valora la familia, la amistad y el equilibrio entre el ocio y el trabajo

Actualizada 01:30

A veces, las naciones, como las personas, deben tocar fondo para salir adelante. Y este es el caso de nuestra patria. El peor Gobierno de los últimos 50 años ha dañado gravemente la convivencia entre los españoles. Ha deteriorado el prestigio de las instituciones de nuestra democracia constitucional. Ha pactado reiteradamente con los enemigos interiores de España y, con el apoyo de esa mayoría parlamentaria «Frankenstein», ha sometido a la sociedad española a un proceso de ingeniería social, basado en la ideología de género y cuyas consecuencias no serán fáciles de revertir. Ante acontecimientos graves e imprevistos –la pandemia y la invasión de Ucrania– y sus graves consecuencias económicas y sociales, el Gobierno no ha sabido impulsar una respuesta unitaria de las fuerzas políticas, prefiriendo en algunos momentos no asumir su responsabilidad y echar la culpa a otras Administraciones.
Algunos Ministerios del Gobierno de España, como el responsable de la Seguridad Social, uno de los que mejor funcionaba hace escasos años, han experimentado un gran deterioro como servicio público. De repente, los ciudadanos descubrieron que tramitar sus gestiones sobre sus pensiones o sobre sus cotizaciones a la Seguridad Social se había convertido en una pesadilla, con oficinas de la Seguridad Social cuyo acceso se ha dificultado al contribuyente hasta extremos inconcebibles en una democracia.
Otros ministerios de contenido social, en manos de la izquierda radical, han promovido leyes como la de ampliación del aborto, la de la eutanasia, la ley trans y la del 'sólo sí es sí', cuyas dañinas consecuencias –para la mujer, para los menores, para la familia y para la dignidad humana– ya se están apreciando.
Como ha detallado Eugenio Nasarre en un magnífico artículo publicado en El Debate el pasado 27 de junio, España –ya muy afectada por la gran recesión económica del 2008– ha perdido terreno en la economía dentro de la Unión Europea, Según datos de Eurostat, hemos pasado en PIB per cápita del 90 por ciento de la media europea en 2017 al 85 por ciento en 2022. Nos han adelantado la República Checa, Chipre, Eslovenia, Estonia y Lituania; y Polonia está muy cerca.
Pero no todo es culpa del nefasto Gobierno de Sánchez. España sufre también otros problemas que afectan a buena parte de los países occidentales. La desigualdad económica se ha acentuado entre quienes tienen más recursos y entre quienes viven en la precariedad. La brecha digital ha dificultado el acceso a los servicios públicos, a los bancos y a las empresas de suministros básicos (energía, teléfonos, internet…) a las personas mayores y a las familias vulnerables. Las expectativas de futuro de los jóvenes se han reducido por las deficiencias en la educación obligatoria, los salarios iniciales escasos, la precariedad en muchos empleos y el muy difícil acceso a una vivienda asequible.
Las elecciones generales del próximo 23 de julio pueden representar para España la gran ocasión para superar la muy difícil situación que se ha descrito y para salir de ese abismo social, económico e institucional que no nos merecemos los españoles. Para ello es preciso que un nuevo Gobierno afronte, desde el primer día, la recuperación de España, con patriotismo, sentido común y coraje. Para que las instituciones democráticas vuelvan a ser respetadas y protegidas. Para que se reduzcan las desigualdades entre los españoles por razones de edad, formación, acceso al entorno digital y vulnerabilidad social. Para que se reviertan las graves consecuencias de las leyes inspiradas en la ideología de género. Para que apoye más a la familia y se fomente la natalidad para hacer frente al invierno demográfico. Para que la educación deje de ser un campo de batalla ideológico, promoviendo en ella la libertad, la equidad y la calidad. Para que las Administraciones públicas promuevan un mayor número de viviendas sociales accesibles a las personas con menos recursos.
España ha superado en el pasado otros retos que parecían muy difíciles, entre ellos la ejemplar transición de un régimen autoritario a una democracia moderna. Los españoles somos un pueblo creativo, con iniciativas de éxito a nivel internacional en todos los ámbitos económicos y sociales, un pueblo que sabe disfrutar de la vida y que valora la familia, la amistad y el equilibrio entre el ocio y el trabajo. Sólo necesitamos un buen Gobierno para que esa energía que atesoramos nos haga salir adelante. Y a partir del 23 de Julio lo vamos a tener.
  • Luis Peral Guerra economista y abogado
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