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Oriol Jara

Oriol JaraAgusti Codinach Yquierdo

El exguionista de 'Polònia' y 'Crackòvia': «El mundo está desquiciado porque ha dejado de creer en Dios»

El director de El Roast de España publica 10 razones para creer en Dios, un testimonio de su fe católica para animar a otros cristianos a abandonar el miedo

El guionista catalán Oriol Jara (Barcelona, 1980) tiene millones de palabras a sus espaldas. Fue subdirector de Buenafuente, escribió sketches en los programas satíricos de TV3 Polònia y Crackòvia y dirigió El Roast España para Comedy Central. Millones de palabras, pero hasta ahora –dice– no había puesto su literatura al servicio de la única «realmente importante: la Palabra de Dios».

Fruto de esta inquietud nace 10 razones para creer en Dios, un libro conciso y profundo en el que Jara ofrece su testimonio de encuentro con Jesucristo: una búsqueda espiritual firmemente anclada en la razón. El libro se publicó originalmente en catalán, acompañando el relanzamiento de la editorial Albada, y ahora el sello lo ha traducido al español para que llegue a todo el país.

–No es habitual ver libros como 10 razones para creer en Dios fuera de círculos eclesiásticos, ¿por qué decidió escribirlo?

–Por compromiso, como un ejercicio altruista. Veo que fuera de España, la gente que tiene cierta proyección pública habla de su fe de un modo más habitual, pero en este país no lo hace nadie. Hay muchos famosos que son creyentes, católicos, pero no lo dicen. Cuando yo hablaba de mi fe en redes sociales, algunos me decían «¡Qué valiente!», y me parecía terrible que uno tuviese que ser valiente para comunicar una cosa tan buena.

–En el prólogo del libro, Xavier Pérez Esquerdo pide a los cristianos «salir de la cueva». ¿Ve miedo entre los creyentes?

–Sí, me encuentro con católicos acobardados. Creo que es básicamente porque los creyentes, y la Iglesia, han tenido una reacción de repliegue frente a la teología liberal alemana y frente a ciertas teorías pretendidamente científicas que piensan que contradicen las verdades de la fe. De ahí el libro: intento que la gente vea que es bueno hablar de Dios, que no hay nada de lo que avergonzarse y –es más– que creer en Dios es razonable.

–Desde el propio título, la relación entre la fe y la razón es una de las claves del libro.

–Porque la Biblia encaja con la ciencia mucho mejor de lo que la gente piensa. Recuerdo al teólogo y astrofísico jesuita Manuel Carreira; él decía que Dios no nos pide abandonar la razón para creer en Él. La razón es un don divino. Aristóteles o Platón –por poner dos ejemplos– concluyeron que era necesaria la existencia de un principio ordenador, y la propia teoría del Big Bang la formuló un sacerdote católico, Georges Lemaitre.

Diez razones para creer en Dioz, de Oriol Jara para la Editorial Albada

Diez razones para creer en Dios, de Oriol Jara para la Editorial AlbadaE.A.

–Si la fe es razonable, ¿por qué se ataca?

–Porque Dios es incómodo: nos explica que hay cosas que están bien y cosas que están mal, que hay cosas que se pueden hacer y otras que no. Y esto es un problema en una sociedad en la que todo está permitido, en la que lo único que está mal es cuestionar que todo está bien.

–En el libro critica con vehemencia el mercado de la autoayuda, ¿creer en uno mismo es lo que nos queda en un mundo sin Dios?

–Al final, cuando se elimina a Dios de la ecuación, la gente sigue creyendo en algo, pero ese algo son ellos mismos, o el dinero, o el físico como valor supremo. Hay una adoración hedonista al propio bienestar personal –los cristianos ayunamos y hacemos penitencia para acercarnos a Dios; otros hacen lo mismo, o peor, por su cuerpo–, y esto tiene sus sacrificios humanos, que son los pobres, aquellos que no pueden estar como nosotros. De ahí que el mundo esté desquiciado, sin nada a lo que agarrarse, sin nada que sea objetivamente bueno o malo.

El altruismo da menos dinero a la industria, pero es fundamental para construir una sociedad mejor

–Sin pensar, tampoco, en los demás...

–Claro, el altruismo da menos dinero a la industria, pero es fundamental para construir una sociedad mejor. Y esta llegará a través de un mandamiento divino –porque Dios no pide, exige– que es perfectamente coherente a lo largo de la Biblia, desde el Antiguo Testamento al Nuevo: cuidar al miserable, al pobre, al inmigrante, al huérfano… la Biblia y los Mandamientos son manifiestos clarísimos de cuidado de los demás, y es así como alcanzaremos el Reino de Dios, que es futuro, pero también presente. Y que se alcanza desde la humildad.

–Lo complicado es asumir que uno no es su propio guía.

–Te diré una cosa: en mi trabajo, los más inútiles son los menos humildes. Antonio Banderas es un tío humilde, y cualquier xitxarel·lo no. Leo Messi decía el otro día que todo lo que tiene se lo ha dado Dios, y así es: Dios lo puede todo y tú sin Él no puedes nada. Esto es muy difícil de decir, pero hay que decirlo, con la boca bien grande.

–Ud. viene de la tradición judía, y en el libro se trazan líneas de conexión. ¿Cómo ve la relación entre creyentes de diferentes religiones?

–Hace falta hacer piña entre aquellos que adoramos al mismo Dios, el de la revelación bíblica. Las divisiones teológicas entre judíos, cristianos y musulmanes son evidentes, y no tengo una obsesión ecuménica, pero pido que comprendamos que todos seguimos al mismo Dios. Yo mismo vengo de practicar y leer judaísmo a punta pala: no hemos de tener miedo de los demás, somos todos hijos de Dios.

–¿Y entre cristianos?

–Uf, esto me da mucha pena. Yo consumo teología católica y también evangélica, si me parece interesante, y me da mucha pena ver divisiones cuando estamos hablando de lo mismo. Incluso dentro del catolicismo: que si este es jesuita, este es del Opus… es una mirada tan pequeña sobre la Revelación de Cristo que resulta ridícula. Los carismas han hecho un bien increíble en la Iglesia.

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