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La plaza de San Pedro del Vaticano

La plaza de San Pedro del Vaticano aguarda el Habemus PapamEP

Cuándo se sabrá el nombre del nuevo Papa

Aunque el cónclave no tiene límite de duración, la trayectoria de las últimas elecciones y la actual división del colegio cardenalicio pueden dar una pista bastante fiable

Es la gran pregunta que, expresada con multitud de acentos y desde muy diferentes intereses, se hace todo aquel que mira a Roma estos días: ¿Cuándo podremos saber quién va a ser el próximo Sucesor de Pedro? ¿En qué fecha se logrará un acuerdo entre el colegio cardenalicio? En suma: ¿Cuándo conoceremos el nombre del nuevo Papa?

Y aunque ni siquiera los propios cardenales electores pueden dar una respuesta cierta a esa cuestión, hay varias pistas que permiten aventurar una fecha.

Sin límite de tiempo

La actual legislación vaticana que regula el proceso del cónclave es la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, redactada por Juan Pablo II en 1996 y ligeramente modificada en 2007 por Benedicto XVI, dos años después de ser elegido Pontífice. Francisco no introdujo cambio alguno en el texto, por lo que se mantienen las mismas reglas de los dos últimos cónclaves.

Y, como en rigor ya venía ocurriendo desde hacía varios siglos, no se fija ningún límite temporal para que los cardenales se pongan de acuerdo en un nombre, y alcancen un acuerdo de dos tercios de los votos. Aunque sí se contemplan algunos «resortes» para agilizar la elección, en caso de «atasco».

Un colegio dividido, un cónclave «largo»

En principio, será el ritmo de las votaciones (cuatro cada día, en dos momentos: dos seguidas por la mañana y dos seguidas por la tarde), la capacidad de escuchar al Espíritu Santo y los eventuales acuerdos a los que lleguen los purpurados lo que, de verdad, marque los tiempos.

Y aquí, la actual división de pareceres dentro del colegio cardenalicio puede suponer una diferencia con respecto a otros cónclaves precedentes. De hecho, son varios los expertos que apuntan hacia la posibilidad de un «cónclave largo» hasta que se alcance un consenso en torno a uno de los 133 cardenales. Pero, ¿Qué se entiende por «largo»?

Más rápido si pasa una semana

La posibilidad de asistir a meses o incluso años de deliberaciones, como ocurría en el medievo, parece más que descartada (aunque no sea ilegal o imposible).

Entre otras cosas, porque a partir del escrutinio número 34 (es decir, a ser a la semana de haberse iniciado el cónclave), solo se votaría entre los dos nombres que más apoyos hayan recibido en la votación anterior.

Eso sí: para garantizar la unidad de la Iglesia se mantiene, por la modificación que introdujo Benedicto XVI, la necesidad de alcanzar los dos tercios (Juan Pablo II había dicho que, llegado a ese punto, serviría la mayoría simple).

¿Cuánto duraron los últimos cónclaves?

Llegados a este punto, resulta útil ver cuánto tardaron en ser proclamados Papa los últimos Sucesores del Apóstol. El cónclave –anómalo, por la precipitada muerte de Juan Pablo I 33 días después de llegar al solio pontificio– del que salió elegido el casi desconocido cardenal polaco Karol Wojtyla duró tres días, y ocho rondas de votaciones.

Antes, Juan Pablo I había necesitado solo dos días y cuatro votaciones. Los mismos días que necesitaron Benedicto XVI (dos días y cuatro votaciones) y Francisco (dos días y 5 votaciones).

Con todos estos datos en la mano es posible aventurar una fecha para saber cuándo se elegirá al sucesor de Jorge Mario Bergoglio.

Los plazos probables e improbables

Si el 7 de mayo se activa el proceso de sucesión papal, con la misa Pro Eligendo Pontífice, el primer escrutinio de los cardenales se producirá esa misma tarde. Y, salvo sorpresa mayúscula, de esa votación no parece probable que vaya a salir elegido ninguno de los cardenales.

Al día siguiente, jueves 8 de mayo, se producirán otras cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. Si se alcanza el acuerdo en alguna de ellas, se repetirían los plazos de Benedicto XVI y Francisco. Pero, dada las diferencias en el colegio cardenalicio, con una Iglesia más fragmentada que en 2005 y 2013, todo hace pensar que podría llegar a retrasarse, en el mejor de los casos, a la última votación de la tarde (la quinta). O al día siguiente.

El viernes 9 habría otras cuatro votaciones: de nuevo, dos por la mañana y dos por la tarde. Y es aquí donde parece que se fija el horizonte temporal. Porque a pesar de las diferencias, el cónclave no es la lucha de poder que pintan las películas y la mayoría de los cardenales ha expresado también su deseo de preservar la unidad. Por ese motivo, es más que probable que, como mucho a lo largo de ese tercer día, pudiéramos tener el «Habemus Papam» resonando en la plaza de san Pedro.

La fecha más probable

Así las cosas, o bien el jueves 8 de mayo por la tarde, o bien (con más probabilidad) a lo largo del viernes 9, probablemente por la mañana, podríamos conocer el nombre del nuevo Papa.

Todo lo que excediera de esta fecha sería atípicamente largo... aunque no imposible. Y resulta no poco sorprendente que en una institución milenaria, de esencia eterna, solo un par de horas puedan marcar una diferencia tan radical en el rumbo que seguirá en su camino por la Historia.

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