Los cardenales tienen que rellenar la papeleta con letra legible y que no les identifique
¿Quién será el próximo Papa? Estos son los 12 cardenales con más posibilidades
Tras la fumata negra de este miércoles, continúan las deliberaciones para saber quién será el nuevo Sucesor de Pedro. Una elección en la que 12 nombres sobresalen del resto
La disparidad de criterios y sensibilidades pastorales dentro del colegio cardenalicio hace más factible que el nuevo Papa sea una auténtica sorpresa para el mundo. Tras la fumata negra de este miércoles, los cardenales seguirán buscando hoy al hombre llamado a suceder a Francisco en el timón de la barca de la Iglesia.
Y surge la pregunta: ¿Quién va a ser el nuevo Papa?
De entre los 133 cardenales que entraron ayer en la Capilla Sixtina, doce purpurados —como en el primer colegio apostólico, aquel escogido por Jesús— parecen reunir en torno a sí una mayor posibilidad de consenso. Necesitarán, al menos, 89 votos: dos tercios del total de electores.
Es cuestión de pocos días, o incluso de unas horas, saber si alguno de ellos saldrá de San Pedro revestido con sotana blanca y un nombre distinto, por el que será recordado en la historia. El mundo aguarda expectante.
Louis Raphael Sako (76 años, Irak)
El patriarca de Irak nació en la ciudad de Zakho en julio de 1948. Es un cardenal empapado de la sangre de los mártires que no solo ha guiado a su comunidad durante décadas de guerras, violencia y éxodo cristiano, sino que ha sufrido personalmente el exilio y el peligro de muerte.
Promotor de la unidad de la Iglesia, no busca la confrontación con el islam, pero defiende la preeminencia del cristianismo en los lugares en que nació. Conoce bien los retos de occidente, donde ha vivido, y se muestra firme defensor del Magisterio de la Iglesia. Se negó a aplicar, por ejemplo, Fiducia Supplicans, sobre la posible bendición a parejas homosexuales.
Pietro Parolin (70 años, Italia)
Es uno de los nombres que suenan con más fuerza en el horizonte de los «papables». Ha sido el secretario de Estado de la Santa Sede durante todo el pontificado de Francisco. Es un peso pesado de la diplomacia vaticana, y ha acumulado experiencia en Oriente Medio, Asia e Hispanoamérica, donde ejerció como nuncio apostólico en Venezuela entre 2009 y 2013.
Ha trabajado codo a codo con el Papa, y se ha convertido en una de las figuras más influyentes del Vaticano. Su participación ha sido clave en cuestiones, no exentas de polémica, como los acuerdos con China, la gestión del Valle de los Caídos o la implantación de la Traditionis custodes, que limita la misa tradicional.
Matteo Zuppi (69 años, Italia)
El cardenal Zuppi gusta a los que pretenden seguir la estela de Francisco, o incluso pisar el acelerador hacia planteamientos más heterodoxos. Es el actual Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y miembro de la Comunidad de Sant'Egidio, un movimiento eclesial de marcado carisma social.
Zuppi manifiesta un enfoque pastoral cercano y un evidente compromiso con causas sociales. También se ha significado abiertamente a favor de la integración de las comunidades LGTBIQ en la Iglesia, por ejemplo prologando un libro del polémico jesuita James Martin.
Anders Arborelius (75 años, Suecia)
Arborelius es el primer purpurado de origen sueco desde la reforma luterana. Criado en una familia protestante, se convirtió al catolicismo en su juventud e ingresó en la Orden del Carmelo Descalzo.
Gran buscador de la unidad eclesial —y ecuménica— promueve sin ambigüedades el magisterio de la Iglesia en materias de matrimonio, moral sexual y defensa de la vida, pero también en aspectos como la acogida a la inmigración y la atención a la pobreza. Políglota y lingüista, el propio Francisco lo señaló como «un modelo de guía» que «puede indicar el camino correcto a seguir».
Péter Erdö (71 años, Hungría)
Uno de los cinco cardenales electores creados por Juan Pablo II, Erdö nació en Budapest en 1952, y es uno de los teólogos más sólidos y respetados del colegio cardenalicio. Doctor en Teología y Derecho Canónico, políglota, exégeta y autor de decenas de publicaciones académicas, ha combinado su rigor intelectual con una notable prudencia pastoral. Fue arzobispo de Esztergom-Budapest durante dos décadas y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, donde adquirió grandes dotes de gobierno.
En el Sínodo sobre la Familia de 2015, actuó como relator general y mostró una postura claramente fiel al Magisterio en temas como la indisolubilidad del matrimonio y la comunión de los divorciados vueltos a casar. Ha sido claro en su denuncia del secularismo radical y ha advertido sobre el riesgo de que el cristianismo sea arrinconado por una cultura que ya no reconoce la verdad.
Luis Antonio Tagle (67 años, Filipinas)
Benedicto XVI se fijó en él para el Sínodo de la nueva evangelización y Francisco le puso en el centro de la actividad caritativa de la Iglesia como responsable de Caritas Internationalis. Este cardenal, llegado de Filipinas y de carácter jovial, cercano e incluso divertido, parece sentirse cómodo en la ambigüedad doctrinal, sin llegar a pronunciarse abiertamente contrario al Magisterio.
Ha ejercido diferentes cargos en el Vaticano, aunque su gestión al frente de Caritas, que obligó a una intervención por malas praxis de su cúpula y a su propia salida de esa responsabilidad, parecen indicar que el gobierno eclesial no es su punto fuerte.
Odilo Pedro Scherer (75 años, Brasil)
Nacido en 1949 en Brasil y de origen alemán, es reconocido por su perfil teológicamente moderado y su papel como arzobispo de São Paulo, la tercera diócesis más grande del mundo. Ortodoxo en lo doctrinal, ha criticado que algunos sacerdotes actúen como «animadores de espectáculos». Pero también defendió Traditionis Custodes, que limita la celebración de la misa anterior al Vaticano II.
En el cónclave de 2013, fue uno de los nombres con más peso, considerado «papable» por su perfil equilibrado y su cercanía a Benedicto XVI. Tras un pontificado de marcada impronta hispanoamericana, parece menos probable que el colegio cardenalicio lo elija, pero no es descartable.
Fridolin Ambongo (64 años, R. D.Congo)
El gran «papable» africano. Nacido en Boto en 1960, es una figura clave en la Iglesia martirial, joven y vigorosa del continente negro. Es franciscano capuchino, estudió Teología moral en Roma y fue arzobispo de Kinshasa desde 2018. Ha ejercido una fuerte influencia en la política de su país, denunciando las injusticias, la corrupción estructural y la violencia, a riesgo de su propia vida, y posicionándose como defensor de los derechos de los más pobres.
Fue uno de los grandes promotores del enfoque ecológico de Francisco, y tuvo un papel relevante en el Sínodo para la Amazonía; también ha sido una de las voces más duras contra Fiducia Suplicans o los intentos de cambiar la moral familiar de la Iglesia. Defiende la inculturación del Evangelio sin renunciar a la doctrina, y ha alzado la voz contra la colonización del globalismo ideológico.
Jean-Marc Aveline (66 años, Francia)
Uno de los purpurados más jóvenes del colegio cardenalicio, presenta un perfil aperturista pero moderado. Nacido en Argelia cuando aún era colonia francesa, el actual arzobispo de Marsella ha destacado siempre por su postura favorable a acoger sin límites la inmigración, legal e ilegal. Amigo del cardenal Omella, arzobispo de Barcelona, mantiene una profunda conexión con su historia personal como hijo de emigrantes.
Su perfil doctrinal e intelectual es más que sólido, y permite la misa tradicional en su diócesis, lo que le aleja de la heterodoxia radical o posicionamientos confusos.
Francis Leo (53 años, Canadá)
Nacido en Montreal en 1971, de padres italianos, tiene un perfil con enormes similitudes con Karol Wojtyla. Su carrera ha sido fulgurante: ordenado sacerdote en 1996, ejerció su ministerio entre parroquias, colegios, universidades, capellanías de religiosas, seminarios, direcciones espirituales y el servicio diplomático vaticano, con misiones en Australia y Hong Kong.
Francisco lo nombró obispo auxiliar de Montreal en 2022, arzobispo de Toronto en 2023 y cardenal en diciembre de 2024. También había sido secretario general de la Conferencia Episcopal Canadiense. Profundamente mariano, tiene un carisma magnético con el que defiende la doctrina de un modo atrayente. Su visión pastoral es una mezcla de cristocentrismo, auxilio a los pobres, protección de la familia, defensa de la vida y denuncia del aborto, paternidad espiritual del sacerdote y llamada explícita a la conversión.
Willem Eijk (71 años, Países Bajos)
Nacido y criado entre dos mundos, con un padre protestante y una madre católica, Eijk desarrolló desde joven una habilidad única para conectar diferentes formas de pensamiento. Estudió medicina en la Universidad de Ámsterdam, pero su transición hacia el sacerdocio marcaría su carrera.
Su formación, que combina la medicina, la bioética y la teología, lo convierte en uno de los más destacados prelados provida. El actual arzobispo de Utrecht ha llegado a sugerir a Francisco que escribiese una encíclica sobre «el pensamiento de género». Abiertamente mariano, se ha mostrado muy partidario de auxiliar a los cristianos perseguidos, y también ha hablado con claridad de las diferencias fundamentales entre el islam y el cristianismo.
Pierbattista Pizzaballa (59 años, Italia)
El cardenal Pierbattista Pizzaballa no figura entre los nombres más mediáticos del colegio cardenalicio, pero su perfil tranquilo, diplomático y sin estridencias se ha consolidado como uno de los favoritos italianos. Patriarca Latino de Jerusalén y profundo conocedor de Tierra Santa, su trayectoria combina la sensibilidad pastoral con el temple de gobierno, un equilibrio poco común en tiempos de tensiones internas en la Iglesia.
De carácter más bien reservado, nació en 1965 en Bérgamo e ingresó joven en la Orden de los Frailes Menores; se ha ganado el respeto no solo dentro del mundo católico, sino también en el difícil ámbito del diálogo judeo-cristiano-musulmán. Fue Custodio de Tierra, es ortodoxo en lo doctrinal y ha llegado a proponer intercambiar su vida por los rehenes secuestrados por Hamás.
Para que la humanidad sepa si es uno de estos hombres, o cualquiera de los otros purpurados que componen el colegio cardenalicio de 133 electores, el próximo Papa, solo queda esperar. Porque, en rigor, una única Persona sabe ya la identidad del siguiente Sucesor de Pedro: Aquel a quien va a representar en la tierra.