Cardenales 'fuera del radar': de excelentes pastores a activistas 'woke'

Con el apoyo de la especialista en el colegio cardenalicio Paloma Girona y creadora del canal Cónclave informa, ampliamos la mirada hacia cardenales menos mencionados en el foco mediático. En este segundo análisis proponemos una selección de perfiles que representan sensibilidades y recorridos distintos dentro del colegio cardenalicio y cuyas trayectorias y contextos ofrecen claves para comprender el momento que vive la Iglesia.

«Con objetividad de entre los elegidos por Francisco para ser cardenales, hallamos mucha disparidad, unos hombres realmente preparados y con un nivel y recorrido ministerial admirable, y otros, mucho más empobrecidos», resalta Paloma. Esos contrastes son los que queremos exponer hoy en este artículo. El objetivo no es pronosticar, sino aportar perspectiva en un proceso donde lo esencial es el discernimiento y no la predicción.

Odilo Pedro Scherer (Brasil, 75 años)

«Fue de los primeros que Benedicto XVI creó cardenal», recuerda Paloma Girona, quien subraya que su perfil «representa una línea teológica clara, de fuerte formación y fidelidad a la Iglesia». No solo tiene experiencia de cónclave al participar en el de 2013, sino que además «fue uno de los papables en su momento». Tiene una «línea teológica de Benedicto, lo considero un hombre del equilibrio».

Ordenado sacerdote en 1976, el cardenal brasileño ha dedicado gran parte de su vida a la formación intelectual y pastoral. Nombrado arzobispo de São Paulo en 2007, su trayectoria lo sitúa al frente de una de las diócesis más relevantes de Hispanoamérica, en un país «marcado por el avance del protestantismo y el desafío de mantener viva la tradición católica». Participante de varios sínodos, entre ellos el de la familia en 2014, tiene una visión pastoral centrada en la Palabra, los jóvenes y la defensa de la vida. «Hombre de mucha formación y experiencia», añade la experta.

Fernando Filoni (Italia, 79 años)

Creado cardenal por Benedicto XVI en 2012, Fernando Filoni es una figura de peso en la Curia, con una larga trayectoria diplomática que incluye misiones como nuncio en Oriente Medio y Asia. Fue prefecto de la congregación para la Evangelización de los Pueblos y actualmente es Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro. Su paso por el cónclave de 2013 y su conocimiento del cuerpo eclesial le convierten en «una voz veterana, con mirada internacional y profundidad teológica».

«Tiene un perfil independiente dentro de las distintas sensibilidades que conviven hoy en la Iglesia», señala Paloma Girona. Aun así, recuerda una frase del propio Filoni que refleja bien su mirada eclesial: «Si la Iglesia perdiera su espiritualidad, quedaría reducida a una vieja organización socioeducativa».

Soane Patita Paini Mafi y Anthony Poola

El cardenal Anthony Poola (India, 63 años) es arzobispo metropolitano de Hyderabad desde 2020 y fue creado cardenal por Francisco dos años después. Paloma Girona lo define como «abiertamente promotor de la agenda ideológica transgénero en su diócesis». Si bien la especialista reconoce la importancia de la atención pastoral a todas las personas, advierte que «una cosa es la atención pastoral y otra la promoción de agendas ideológicas que van contra la antropología de la Iglesia católica».

Por otra parte, el cardenal Soane Patita Paini Mafi (Polinesia, 63 años) fue ordenado sacerdote en 1991 y creado cardenal en 2015. Estudió psicología (asesoramiento pastoral) en el Loyola College de Baltimore (EE.UU.). A su regreso fue formador y vicerrector en el seminario regional. Según Girona, tanto él como Poola «contrastan por su escasa formación filosófica, teológica y pastoral si se comparan con otros cardenales electores». A juicio de la especialista, ambos «actúan como activistas de las políticas ideologizantes que, desde hace décadas, se vienen impulsando y que contradicen las enseñanzas de la Iglesia» y son de «esos casos incomprensibles de por qué están en el colegio de cardenales».

William Goh Seng Chye (Singapur, 67 años)

El cardenal William Goh, arzobispo de Singapur y creado cardenal en 2023, ha emergido como una figura notable del catolicismo asiático. Proveniente de uno de los llamados «cuatro tigres asiáticos» —junto a Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán—, combina una fuerte visión geopolítica con una intensa labor pastoral. Es especialmente activo en el acompañamiento de solteros, la promoción de la educación católica y la atención caritativa a comunidades pobres del continente.

«Destaca por su absoluta ortodoxia, es un predicador de excelencia y con una visión muy rica», afirma Paloma, quien también resalta su perfil geopolítico y su estilo directo. «Destila chispa, es muy realista y ha dicho con claridad que el próximo Papa debe ser alguien que defienda el depósito de la fe».

Paulo Cezar Costa (Brasil, 57 años)

El cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia desde 2020 y creado cardenal por el Papa Francisco dos años después, es uno de los nombres más jóvenes y con mayor proyección dentro del colegio cardenalicio. Especialista en patrística y herejías de los primeros siglos, combina una sólida formación teológica con un notable sentido pastoral. Ha sido obispo auxiliar de Río de Janeiro, obispo de São Carlos y ocupa actualmente cargos en varios organismos vaticanos, como la Pontificia Comisión para América Latina y el Consejo para la Unidad de los Cristianos.

«Lo destaco como un papable», afirma Paloma Girona, quien resalta su perfil completo: «Es ortodoxo, tiene sentido de gobierno, conoce la geopolítica y es muy querido en su tierra». Según la analista, «sus formas, su expresión destilan bondad» y su firmeza lo convierte en «un gran pastor». Esta combinación de juventud, formación y gobierno lo sitúan entre las figuras más interesantes de Hispanoamérica para el futuro inmediato de la Iglesia.

George Koovakad (India, 51 años)

Nacido en la India y formado en Roma, el cardenal George Koovakad ha desarrollado buena parte de su carrera en el servicio diplomático de la Santa Sede. Ha trabajado en nunciaturas en Argelia, Corea, Irán y Costa Rica, y ha sido –hasta la muerte del Papa– prefecto del dicasterio para el Diálogo Interreligioso, cargo para el que fue nombrado por Francisco tras el fallecimiento del cardenal español Miguel Ángel Ayuso el pasado noviembre.

Su trayectoria incluye un doctorado en Derecho Canónico con una tesis sobre la pobreza en los clérigos, y ha sido también responsable de los viajes papales. «Por su cercanía al Papa podría parecer un hombre de continuidad, pero sus raíces nos hacen pensar que es independiente», explica Paloma Girona, quien destaca que su perfil aún es incierto: «No sabemos hacia dónde se puede inclinar».