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Los cardenales, velando el cuerpo sin vida de Francisco el pasado miércoles

Los cardenales, velando el cuerpo sin vida de Francisco el pasado miércolesEFE

Otros posibles candidatos «papables» fuera de la lupa mediática

Con la ayuda que ha ofrecido a El Debate la especialista en cardenales Paloma Girona, buscamos ir más allá de los listados habituales y detenernos en perfiles que por su trayectoria y experiencia pastoral podrían responder a los desafíos que afronta hoy la Iglesia

En el actual periodo de sede vacante, los focos mediáticos tienden a encasillar a los posibles sucesores de Pedro en categorías ajenas a la esencia de la Iglesia: «conservadores» frente a «progresistas». Sin embargo, reducir el discernimiento sobre el próximo Papa a una contienda política o una pugna entre facciones dentro de la Iglesia sería ignorar la profundidad del momento eclesial y la realidad universal que se vive.

Como señalan los propios cardenales reunidos estos días en las congregaciones generales, lo que está en juego es mucho más profundo. Se trata de discernir con mirada de fe quién puede ser verdadero pastor en este momento crucial, capaz de confirmar en la fe, sostener la unidad del cuerpo eclesial y afrontar los desafíos del presente con fidelidad a la doctrina y una sensibilidad pastoral que rompa con las divisiones internas de la Iglesia.

«Buscar un pastor hoy», subrayó el cardenal italiano Baldassare Reina en la homilía de la misa novendial de este lunes, «significa sobre todo buscar un guía que sepa gestionar el miedo a la pérdida ante las exigencias del Evangelio».

Como advirtió Benedicto XVI, no existen dos Iglesias —una «pre» y otra «post» conciliar—, sino una sola Iglesia, la de Cristo, que camina unida a través de la historia. El verdadero desafío no es elegir entre corrientes, sino reconocer quién puede custodiar y guiar esa unidad en fidelidad a la tradición.

Actualmente el Colegio Cardenalicio cuenta con 252 miembros, de los cuales 133 —de un máximo de 135— tienen derecho a voto. Dos no podrán participar por motivos de salud, entre ellos el cardenal Cañizares. El 80 % de ellos han sido creados por el Papa Francisco, lo que ha llevado a algunos a hablar de un colegio cardenalicio creado 'a su imagen y semejanza'. No obstante, la realidad es mucho más diversa: en su seno conviven perfiles distintos procedentes de 71 países, reflejo de las múltiples sensibilidades que atraviesan hoy a la Iglesia universal.

Ni por simpatías o aversiones: «por el bien de la Iglesia»

Ante los nombres que hoy circulan, más que pensar en alineamientos ideológicos es necesario considerar la historia personal, el recorrido ministerial, el conocimiento de los desafíos actuales y el testimonio de fe de estos cardenales por su proveniencia geopolítica.

Como indicó san Juan Pablo II en la constitución Universi Dominici Gregis, los electores no deben dejarse llevar «por simpatías o aversiones», ni «por el favor o relaciones personales con alguien ni por presiones externas», sino tener presentes «únicamente la gloria de Dios y el bien de la Iglesia», eligiendo «a quien, incluso fuera del Colegio Cardenalicio, juzguen más idóneo para regir con fruto y beneficio a la Iglesia universal».

Recientemente ofrecimos una primera aproximación de algunos nombres que hoy resuenan con más fuerza en el horizonte del cónclave. Aquella entrega pretendía ser una orientación inicial, una forma de acercar a los lectores a los perfiles de varios cardenales que más se mencionan en el contexto actual.

En esta nueva reflexión, con los análisis que ha ofrecido a El Debate la periodista y especialista en cardenales Paloma Girona, buscamos ir más allá de los listados habituales y detenernos en perfiles que por su trayectoria y experiencia pastoral podrían responder a los desafíos que afronta hoy la Iglesia.

De los purpurados que destacamos, distinguimos dos corrientes claramente definidas: dos que siguen la línea más ortodoxa —Koch y Francis Leo—, sin dejar de tener en cuenta que hablan de reformas necesarias en la Iglesia católica; dos que podríamos considerar en la línea «continuista de Francisco» (Czerny y Grech); y dos (Sako y Nzapalainga) que destacan por ser «voces independientes», ya que su vivencia eclesial y geopolítica dista mucho de encasillamientos.

Cardenal Kurt Koch (Suiza, 75 años)

Desde los doce años, la figura de Cristo en su Pasión dejó una huella decisiva en el cardenal Kurt Koch. Al leer aquel pasaje en el que los soldados no rompieron la túnica de Jesús, comprendió con dolor que, en cambio, los cristianos sí han «lacerado» su cuerpo al dividir la Iglesia. Esa intuición temprana despertó en él una pasión por el ecumenismo que ha marcado toda su vida pastoral, académica y curial. El Concilio Vaticano II, vivido en su juventud, consolidó esta visión de unidad como camino de fidelidad a la tradición viva.

Doctor en teología y prefecto del dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Koch ha conjugado reflexión intelectual y acción pastoral. En Roma, ha defendido una lectura fiel del Concilio y de la reforma litúrgica, siempre desde una eclesiología de comunión. Perfil discreto pero firme, une claridad doctrinal, sensibilidad pastoral y una visión profundamente católica de la unidad.

En una entrevista que concedió a Girona en su canal Cónclave Informa, aseguró que «un Papa tiene como primera tarea ser fiel a la voluntad de Dios, porque debe instruir a todo el pueblo cristiano» y, por consiguiente, «debe ser un ejemplo de buscar la voluntad de Dios».

Cardenal Francis Leo (Canadá, 53 años)

Nacido en Montreal en 1971, Frank Leo ha recorrido un camino eclesiástico que lo ha llevado de las parroquias locales a los pasillos del Vaticano. Tras formarse en filosofía y teología, se ordenó sacerdote en 1996, destacándose no solo por su labor pastoral, sino por su especialización en estudios marianos. Su carrera dio un giro cuando se unió al servicio diplomático de la Santa Sede, donde estuvo en Australia y Hong Kong, representando al Vaticano en el extranjero.

Su consagración como cardenal en la iglesia titular Santa María della Salute en Primavalle fue un momento culminante en su carrera, que coincidió con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Durante su primera misa como purpurado, expresó un sentido reconocimiento a la Virgen María, destacando cómo su presencia y cuidado maternal han marcado su vocación y el camino de la Iglesia.

«Es un cardenal que da esperanza. El conjunto de cualidades que reúne– humanas, intelectuales, espirituales– y el hecho de que haya sido miembro del Servicio diplomático, nos hacen ver que es una figura a la que hay que prestar atención», asevera Paloma.

Cardenal Louis Raphaël Sako (Irak, 76 años)

Es una de las voces más potentes que se ha alzado contra la persecución de los cristianos en medio de una región golpeada por la violencia y el sectarismo. Desde Irak, el purpurado Louis Raphaël Sako, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, ha guiado a su Iglesia con valentía durante décadas marcadas por guerras, persecuciones y éxodo cristiano. Formado en Roma y París, con doctorados en Patrología Oriental e Historia, su solidez intelectual se ha puesto siempre al servicio de su comunidad.

Elegido Patriarca en 2013, ha denunciado con claridad la corrupción política, la violencia sectaria y el abandono de las minorías, defendiendo el papel de los cristianos como ciudadanos de pleno derecho en su país. Su figura encarna una fe probada en el crisol del sufrimiento, con una visión de Iglesia enraizada en la tradición y capaz de dialogar en contextos hostiles.

Cardenal Dieudonné Nzapalainga (África, 58 años)

Dieudonné Nzapalainga, uno de los más jóvenes del Colegio Cardenalicio, ha sido una figura clave en la búsqueda de la paz en la República Centroafricana, un país devastado por el conflicto. «Es considerado un padre espiritual por musulmanes y protestantes en su país y, dada su realidad, trasciende las consideraciones ideológicas», señala Paloma.

Su capacidad para unir a diversas comunidades le ha permitido asumir un liderazgo único en un país marcado por tensiones religiosas. Además de su destacada labor pastoral, Nzapalainga ha sido un ferviente defensor de la justicia social. En 2015, la visita histórica del Papa Francisco a Bangui, donde se abrió la Puerta Santa del Año de la Misericordia, consolidó su figura como un propulsor de esperanza.

Cardenal Michael Czerny (78 años, Canadá)

Ordenado sacerdote en 1973 en la Compañía de Jesús, Michael Czerny, quien hasta ahora ha sido prefecto del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha sido una figura prominente en temas como la justicia social, la migración y el medio ambiente.

A pesar de acercarse al límite de edad para ser elector, su trabajo sigue marcando la pauta en la visión de una Iglesia que apunta hacia las periferias. Según Paloma Girona, Czerny es visto como el «artífice intelectual de la línea del pontificado de Francisco». Además, en declaraciones recientes a New York Times, el jesuita mostró su preocupación de lo que considera una actitud errónea para afrontar el cónclave que tendrá lugar en unos días: la unidad. «Suena muy bien, pero eso significa retroceso», admitió, ya que para Czerny es necesario «hablar de la división de la Iglesia hoy».

Cardenal Mario Grech (Malta, 68 años)

Ordenado sacerdote en 1984, nombrado obispo de Gozo en 2005 y cardenal en 2020, Grech representa una línea de continuidad del rumbo marcado por Francisco: una Iglesia que dialoga y pone el foco en las periferias.

«Tiene peso porque ha sido secretario general del Sínodo de la Sinodalidad», señala la especialista. El perfil de Mario Grech está marcado especialmente por haber estado al frente de este Camino Sinodal, un proceso clave del pontificado de Francisco centrado en crear procesos de escucha y participación de todos los fieles en la Iglesia.

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