El obispo de San Feliu pone a Lamine Yamal como ejemplo de «catalanidad y transculturalidad»

«En Yamal encontramos una voz joven, pero potente, que nos recuerda que la convivencia entre culturas no es solo posible, sino deseable y enriquecedora. Nos invita, pues, a replantear cómo entendemos la catalanidad y la ciudadanía hoy». Quien así se expresa es monseñor Xabier Gómez García, OP, obispo de San Feliu de Llobregat (Barcelona), en su carta dominical publicada hace unos días, que titula Lamine Yamal y dedica al jugador del FC Barcelona.

A juicio del prelado, el extremo derecho del Barça «representa una generación que no entiende las fronteras culturales como muros, sino como puentes» y, por eso, «en un momento en que las identidades pueden ser motivo de tensión o división, Lamine Yamal, además de su habilidad con la pelota y el fútbol, puede ser referente para muchos jóvenes y no tan jóvenes, que, como él, llevan en la piel y en el alma más de una cultura. No hay que escoger solo una», observa el obispo de San Feliú.

«Su presencia en el Barça y otras alineaciones de fútbol envían un mensaje poderoso: la identidad no es una etiqueta única, sino una suma de influencias, vivencias y valores», sentencia el prelado, que recuerda que el jugador de fútbol es «nacido en Esplugues, creció en el barrio Rocafonda de Mataró, hijo de padre marroquí y madre ecuatoguineana». «Lejos de los discursos excluyentes, su recorrido vital nos habla de resiliencia, integración de identidades culturales, esfuerzo y respeto», agrega monseñor Xabier Gómez García, OP, en su carta, en la que no aparece ninguna referencia cristiana, pese a tratarse de una carta pastoral enviada a sus diocesanos.

«Más allá de los orígenes, lo importante es lo que se construye conjuntamente, con respeto y voluntad de compartir. Educarnos en el reconocimiento de lo que nos une en vez de acentuar lo que nos separa, la diversidad en armonía es el camino. La transculturalidad es una realidad cada vez más presente y necesaria», concluye el prelado.

Monseñor Gómez García nació en 1970 en Azkoitia (Guipúzcoa), y fue ordenado sacerdote en San Sebastián en 1994, en tiempos de monseñor José María Setién. Posteriormente descubrió su vocación a la Orden de Predicadores (Dominicos), en la que solicitó su admisión en 2003. Como fraile dominico ha ejercido su ministerio especialmente en Madrid y Barcelona, y siempre ha estado muy involucrado en Justicia y Paz, una «entidad cristiana con la misión de promover y defender los derechos humanos, la justicia social, la paz, la solidaridad y el cuidado de la naturaleza».