Thibault Verny, el discreto y determinado prelado que León XIV ha puesto al frente de Protección de Menores
«Es fundamental que haya víctimas y padres de víctimas que aporten su inestimable experiencia», ha declarado el obispo de Chambéry
León XIV saluda este sábado al nuevo presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, el arzobispo francés Thibault Verny
El destino quiso que a monseñor Thibault Verny (París, 7 de noviembre de 1965) le incumbiese acoger en la catedral de su diócesis alpina de Chambéry la primera beatificación (Camille Costa de Beauregard fue el elevado a los altares) del pontificado de León XIV. Ahora, el Papa le pide pasar de lo ceremonial a la gestión de uno de los asuntos más delicados de la Iglesia contemporánea: le acaba de nombrar presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, el organismo curial competente en materia de abusos sexuales cometidos por consagrados. Para el prelado no es una novedad, pues forma parte de él en su condición de director –desde julio de 2022– del Consejo para la Prevención y Lucha contra la Pedofilia de la Conferencia Episcopal Francesa.
El nombramiento de este prelado discreto, formado como ingeniero antes de emprender estudios eclesiales completados en la Pontificia Universidad Gregoriana y recibir la ordenación sacerdotal en 1998, que antes de llegar a Chambéry en 2013 había desarrollado toda su trayectoria eclesial en París –fue párroco antes de tomar las riendas de la vicaría general de la archidiócesis– es una señal contundente de la voluntad de León XIV de hacer del tratamiento de los casos de abusos sexuales una de sus prioridades: lo volvió a recordar hace apenas unos días ante 400 cardenales y obispos reunidos en Roma, exigiéndoles que actúen como modelos y tomen medidas enérgicas.
Monseñor Verny también asume un desafío en el plano personal, pues sucede al frente de la Pontificia Comisión al cardenal estadounidense Sean O'Malley quien, a sus 81 años, ha alcanzado el límite de edad para el cargo. O'Malley fue un prelado muy social, comprometido con la ayuda a los desheredados y a las víctimas del sida, que también resolvió con eficacia el enorme escándalo de abusos sexuales en la diócesis de Boston, destapado en la película Spotlight, de Tom McCarthy.
Eficacia en Francia
Mas la elección de Verny es, asimismo, un reconocimiento al trabajo realizado por la Iglesia católica en Francia mediante el informe de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia, publicado en 2021, que conmocionó a la opinión pública –católica o no– al revelar decenas de miles de casos de abusos a menores. La Conferencia Episcopal francesa, presidida en aquel momento por monseñor Éric de Moulins-Beaufort –a quien acaba de suceder el cardenal Jean-Marc Aveline–, fue pionera en este campo, de ahí que la llegada del obispo Verny haya sido interpretada en círculos vaticanos como una recompensa al trabajo bien hecho.
Tras las felicitaciones llega el momento de ponerse manos a la obra. Y Verny lo hará en medio de una presión agobiante, pues las expectativas son altísimas ante la insuficiencia de resultados en la materia durante el anterior pontificado. Por otra parte, queda por ver cómo repercutirá la labor del nuevo presidente en los países afectados.
Es un reto que el interesado asume plenamente: «La Comisión no está ahí para sustituir a las estructuras locales y a las conferencias episcopales», declaró el sábado 5 de julio en la entrevista que concedió a Vatican News tras anunciarse su nombramiento. «El objetivo es sensibilizar a los diferentes países, a las diferentes conferencias episcopales y a las diferentes congregaciones religiosas, sobre la necesidad de escuchar y ofrecer un apoyo específico a las víctimas. Dentro de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, es fundamental que haya víctimas y padres de víctimas que aporten su inestimable experiencia. Me parece que es toda una mentalidad, una cultura, que tenemos que seguir imprimiendo dentro de las Iglesias, para que se haga natural un estado de ánimo de protección de los menores, ya sea dentro de la Iglesia, dentro de las familias y también dentro de la sociedad», concluyó. Verny es, pues, perfectamente consciente de que la paciencia de los católicos no es infinita.