Beato Carlos de Austria, el emperador al que san Pío X predijo su ascensión al trono
El Beato Carlos de Austria es un santo hecho en la batalla y en el amor de su pueblo, al que no pudieron derribarle las mentiras de la masonería

Carlos I de Austria y IV de Hungría y III de Bohemia (Karl Francisco José Ludwig Hubert Georg Otto Maria, 17 de agosto de 1887 – 1 de abril de 1922) fue el último Emperador de Austria, el último Rey apostólico de Hungría y el último Rey de Bohemia. Tras el asesinato de su tío, el archiduque Francisco Fernando en 1914 en Sarajevo, el archiduque se convirtió en el sucesor del Emperador Francisco José. El Emperador Carlos I reinó desde 1916 hasta 1918, cuando «renunció a la participación» en asuntos estatales, pero no abdicó. Pasó los años restantes de su vida tratando de restaurar la monarquía hasta su muerte en 1922.

De niño, el archiduque Carlos fue educado como un católico devoto. Pasó sus primeros años dondequiera que el regimiento de su padre estuviera acampado. Posteriormente vivió en Viena. Fue educado con tutores privados, sin embargo, contrariamente a la costumbre que rige en la familia imperial, asistió a un gimnasio público para beneficiarse de demostraciones experimentales en temas científicos. Al concluir sus estudios en el gimnasio, se alistó como oficial en el ejército, pasando los años de 1906 a 1908 principalmente en Praga, donde estudió derecho y ciencias políticas, al mismo tiempo que cumplía con sus obligaciones militares.

En 1911, el archiduque Carlos se casó con la princesa Zita de Borbón-Parma. Se conocieron de niños, pero no se habían visto en casi diez años. En 1909, su regimiento fue enviado a Brandeis an der Elbe en Bohemia, donde visitó a su abuela en Franciscoensbad. Fue durante una de estas visitas cuando el archiduque Carlos y Zita volvieron a encontrarse.

La princesa Zita no solo compartía el catolicismo devoto del archiduque. Ella misma recordó más tarde:
«Por supuesto, nos alegramos de encontrarnos de nuevo y nos hicimos amigos íntimos. Por mi parte, los sentimientos se desarrollaron gradualmente durante los dos años siguientes. Sin embargo, parecía haberse decidido mucho más rápidamente y se volvió aún más apremiante cuando, en el otoño de 1910, se difundieron rumores de que yo me había comprometido con un lejano pariente español, Jaime, duque de Madrid. Al oír esto, el archiduque descendió apresuradamente de su regimiento en Brandeis y buscó a su abuela, la archiduquesa María Teresa, quien también era mi tía y la confidente natural en tales asuntos. Le preguntó si el rumor era cierto y cuando le dijo que no lo era, respondió: «Bueno, entonces es mejor que me apresure antes de que ella se comprometa con otra persona».

El Papa san Pío X predice a los prometidos su próxima ascensión al trono. A pesar de que la princesa le recuerda que el heredero directo es el archiduque Francisco Fernando y no Carlos, el Papa mantiene su sorprendente profecía.

Carlos de Habsburgo fue beatificado el 3 de octubre de 2004 por san Juan Pablo II, y se fundamenta en hechos concretos vividos del campo de batalla, en su relación con las tropas, o en la capilla de palacio. Los documentos que arrojan luz sobre la vida del «santo emperador», muy amado por el pueblo, cuentan que evitó los duelos, los bombardeos aéreos sobre las ciudades no fortificadas, como Venecia, que se salvó gracias a él. Se opuso al uso de gases letales en las batallas que los submarinos atacasen las ciudades.

Las fuentes vaticanas muestran los movimientos de la masonería contra el emperador para frustrar la paz y arruinar la dinastía católica con la revolución de 1918; llegaron las calumnias sobre las supuestas relaciones de Carlos con la señorita Carla Chonrowa que, según las investigaciones realizadas por la policía judicial de Viena, nunca existió, sino que fue una historia inventada para desacreditarle.
