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23 de abril de 2024

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby

Estalla el cisma en la Iglesia anglicana por la bendición a parejas homosexuales

Primados de Hispanoamérica, África, Asia y el Pacífico han anunciado oficialmente su separación de la Iglesia de Inglaterra y de su primado, el arzobispo de Canterbury, tras la adopción de la bendición de las parejas homosexuales

Al final, ha estallado el cisma en la Iglesia anglicana a causa de la bendición de parejas homosexuales. Este lunes, obispos primados anglicanos de Hispanoamérica, África, Asia y el Pacífico han declarado oficial y conjuntamente que dejan de reconocer a la Iglesia de Inglaterra como «madre» y reniegan de la autoridad de su primado, el arzobispo de Canterbury.
Esta proclamación, de una gravedad sin precedentes para el anglicanismo mundial, está firmada por diez primados de la Fraternidad Mundial de Iglesias Anglicanas del Sur (GSFA, por sus siglas en inglés), que, según declaran, representan al 75% de los anglicanos de todo el mundo.

Un desgarre sin precedentes

La Iglesia de Inglaterra, cuyo jefe es el Rey Carlos III, «defensor de la fe y sumo gobernador», era considerada hasta ahora la «Iglesia madre» de la Comunión Anglicana, afiliación mundial de iglesias anglicanas, con más de 85 millones de miembros en unos 160 países. El arzobispo de Canterbury ha sido desde sus orígenes el «primado» de esta Comunión.
A principios de este mes, la Asamblea nacional de la Iglesia de Inglaterra, el Sínodo General, votó a favor de permitir que los pastores bendigan a las parejas del mismo sexo, aunque mantiene la prohibición de que el clero celebre bodas homosexuales. El matrimonio civil entre personas del mismo sexo es legal en Gran Bretaña desde hace casi una década.
La decisión del sínodo fue una medida de compromiso que se alcanzó tras años de disputas sobre la postura de la Iglesia anglicana ante la homosexualidad. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, anunció que personalmente no bendeciría a ninguna pareja del mismo sexo, porque de este modo quería evitar la ruptura en el seno de la Comunión anglicana.
El compromiso no logró su objetivo. Los progresistas están furiosos porque, en su opinión, la Iglesia de Inglaterra seguirá tratando a las parejas del mismo sexo como parejas «de segunda clase», y los conservadores están enfadados porque la iglesia parece dar definitivamente la espalda a la enseñanza bíblica sobre el matrimonio y la sexualidad.
La Iglesia de Inglaterra, así como las de Escocia, Gales, Estados Unidos y Nueva Zelanda, permiten ya el matrimonio o las bendiciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, la mayoría de las Iglesias de países menos desarrollados, que recibieron la fe cristiana en el anglicanismo, como fruto de la evangelización británica, se oponen a esta medida. En estos países, el anglicanismo vive hoy día su mayor dinamismo y crecimiento.

Rechazo frontal

«Dado que la Iglesia de Inglaterra se ha apartado de la fe histórica transmitida por los apóstoles con esta innovación en las liturgias de la Iglesia y su práctica pastoral (contraviniendo su propio Canon A5), se ha descalificado a sí misma para dirigir la Comunión como la Iglesia «madre» histórica», afirman los primados anglicanos en una declaración pública recibida por El Debate.
Los signatarios representan áreas geográficas de Hispanoamérica (firman el primado de Chile y Brasil), la India, Myanmar, Bangladesh, Uganda, Congo, Sudán, Sudán del Sur, Egipto y Melanesia.
Según los primados anglicanos, su fe no les «permite estar en comunión con aquellas provincias que se han apartado de la fe histórica y han tomado el camino de las falsas enseñanzas. Esto nos rompe el corazón y rezamos para que las provincias revisionistas regresen a la fe».
La Federación de primados anglicanos anuncia que, a partir de ahora, «ya no puede reconocer al actual arzobispo de Canterbury, Justin Welby, como el líder ‘primero entre iguales’ de la Comunión global», pues ha llevado a los obispos anglicanos a adoptar decisiones «que son contrarias a la fe y al orden de las provincias ortodoxas de la Comunión».
Henry Ndukuba, arzobispo de la Iglesia de Nigeria, que representa a cerca de un tercio de los anglicanos de todo el mundo, ha declarado que, con la promoción de la bendición de las parejas homosexuales, la Iglesia de Inglaterra no solo se opone a la enseñanza del Evangelio, sino que se expone a un «terrible declive» y a la «irrelevancia» «en el mundo occidental secular y postcristiano».
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