El rey Carlos III conversa con miembros del Oratorio de San Felipe Neri
Carlos III, fascinado por Newman y la Misa en latín en su histórica visita al Oratorio de Birmingham
La cita llega apenas dos meses después de que el Vaticano anunciara en julio que el Papa León proclamará a Newman como el 38º doctor de la Iglesia
El rey Carlos III se convirtió este miércoles en el primer monarca británico en visitar el Oratorio de San Felipe Neri en Birmingham, la comunidad fundada por san John Henry Newman en 1848. Según recogió el National Catholic Register, fue una visita «breve pero alegre», en la que el soberano se mostró «muy comprometido, muy interesado» y «sumamente amable».
El padre Ignatius Harrison, preboste del Oratorio, explicó que el encuentro fue iniciativa del propio monarca, que en estos años ha insistido en llevarlo a cabo pese a los retrasos ocasionados por las obras en el templo y por sus problemas de salud. «Ha sido, si se me permite decirlo así, bastante constante en su deseo de venir», afirmó.
Ahora, en su primer compromiso después de las vacaciones de verano, el rey Carlos pudo finalmente realizar la visita, aprovechando además su estancia en la segunda ciudad más grande de Inglaterra para inaugurar un nuevo hospital. La ocasión llega apenas dos meses después de que el Vaticano anunciara en julio que el Papa León proclamará a Newman como el 38º doctor de la Iglesia.
Un interés real en Newman
La visita comenzó con un recorrido por la iglesia, el santuario que guarda reliquias de Newman, la sacristía y la biblioteca, donde se conservan sus vestiduras y manuscritos. Acompañado por el arzobispo de Birmingham, Bernard Longley, el rey pudo ver también la habitación del santo, intacta desde su muerte en 1890, así como su estudio y su capilla privada.
Según el padre Harrison, «creo que probablemente lo más interesante para él fue el estudio privado y la capilla de Newman». «El rey los observó con gran interés y formuló varias preguntas», aseguró.
Daniel Joyce, archivero y bibliotecario de Newman, muestra al rey los efectos personales del cardenal Newman en su habitación
El sacerdote explicó que lo que más cautivó al monarca fue la figura de Newman como santo inglés, admirado tanto en su etapa anglicana como en la católica, así como su obra social. «Se convirtió al catolicismo en 1845, pero, por ejemplo, su preocupación por los pobres y los desempleados fue una característica notable de su ministerio anglicano y también de su ministerio católico aquí en Birmingham», recordó.
La Misa en latín y una comunidad diversa
Además de su interés por la vida actual del Oratorio, el monarca quiso saber más sobre el futuro reconocimiento de Newman. El padre Harrison explicó que el rey Carlos estaba interesado en que fuera nombrado doctor de la Iglesia y se preguntaba si esto tendría una «dimensión ecuménica». «Parecía muy interesado en ese tipo de cosas; recordó que había conocido al Papa Francisco y que esperaba que no tardara mucho en conocer al Papa León».
El soberano también mostró gran interés por la vitalidad del Oratorio en la actualidad: el elevado número de fieles que participan en sus liturgias y la diversidad de sus orígenes, así como el hecho de que muchos se sienten atraídos por la misa tradicional en latín.
Cada fin de semana acuden allí más de mil personas, entre ellas numerosos estudiantes de las universidades de Birmingham. «La misa con mayor asistencia es la tradicional en latín, y lo más interesante es que es la misa con mayor diversidad étnica de todo el fin de semana», destacó el padre Harrison.
Carlos III, durante su recorrido, con un retrato de Newman al fondo
Asiáticos, africanos y un creciente número de católicos procedentes de Hong Kong llenan los bancos del templo. «Es un placer para mí y para los padres poder decir que tenemos una congregación muy diversa, realmente diversa, y muchos de ellos asisten a esta Misa», añadió.
«Fue realmente un día memorable», concluyó el padre Harrison. «El rey parecía realmente interesado y quería saber más». Al escribir en el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano , sobre la canonización de Newman, el entonces Príncipe de Gales elogió a Newman por su catolicidad.
«Su fe era verdaderamente católica, pues abarcaba todos los aspectos de la vida», escribió Carlos, quien añadió: «Sean cuales sean nuestras creencias y nuestra tradición, solo podemos estar agradecidos a Newman por los dones, arraigados en su fe católica, que compartió con la sociedad en general».