Ángelus del 31 de octubre
Al final de la oración mariana, el Papa Francisco hizo dos llamamientos a la oración y a la solidaridad concreta por Vietnam y Haití, sin olvidar a los pueblos de Sicilia
Tras rezar a la Madre de Dios con los fieles y peregrinos que acudieron a la Plaza de San Pedro este último domingo de octubre a la hora del Ángelus y antes de sus saludos finales, el Papa dirigió su pensamiento, ante todo, a Vietnam, nación que esta padeciendo, en diversas localidades, fuertes y prolongadas lluvias. En las últimas semanas se causado vastas inundaciones y miles de evacuados debido al temporal.
«Mis oraciones y pensamientos van a las muchas familias que sufren, junto a mi aliciente para cuantos, autoridades del país e Iglesia local, se están empeñando para responder a la emergencia».
A continuación, Francisco manifestó su cercanía a las poblaciones de Sicilia, en Italia, también afectadas por el mal tiempo y las fuertes lluvias. Prosiguió recordando al pueblo de Haití, que vive – dijo – «en condiciones límite». «Pido a los responsables de las naciones que sostengan este país, que no lo dejen solo».
«Y ustedes, prosiguió, de vuelta a casa busquen noticias sobre Haití, y recen, recen mucho»; a la vez que comentó que estaba viendo en el programa televisivo «A Su Imagen», el testimonio del misionero camilo en Haití, el padre Massimo Miraglio y lo que decía acerca de cuánto sufrimiento, cuánto dolor hay en esa tierra, y cuánto abandono. «¡No los abandonemos» exclamó el Santo Padre.
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