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27 de abril de 2024

El Papa, en su encuentro con los obispos del Congo

El Papa, en su encuentro con los obispos del CongoEFE

El Papa en África

El Papa Francisco pide a los obispos del Congo «derribar los altares consagrados al dinero y a la corrupción»

El Santo Padre Francisco se ha despedido este viernes de la República Democrática del Congo con un encuentro con los miembros de la Conferencia Episcopal Congoleña

Este viernes, el Papa Francisco se ha despedido de los obispos del Congo con un encuentro en el que les ha invitado a ser testigos de la reconciliación en un país que vive «en medio de la violencia desencadenada por la explotación de los recursos y por los conflictos étnicos».
Tras la última celebración de despedida de subir al avión, Francisco ha embarcado rumbo a Juba, capital de Sudán del Sur, donde se prevé que aterrice a las dos de la tarde. En la segunda etapa del viaje apostólico, Francisco estará acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, Iain Greenshields, para reforzar el acuerdo de paz implementado en el país en 2018.
«No tengan miedo de ser testigos de la misericordia y reconciliación en medio de la violencia desencadenada, no solo por los recursos y los conflictos étnicos y tribales, sino también, sobre todo, por la fuerza oscura del maligno, enemigo de Dios y del hombre», les ha dicho el Papa en la sede de la Conferencia Episcopal.
El Papa Francisco, despidiéndose del Congo

El Papa Francisco, despidiéndose del CongoEFE

En este encuentro con Francisco, estaban los 65 obispos de RDC, que representan a las 47 diócesis de un país con una población de unos 95 millones de personas, de las que casi la mitad son católicas. «Con ustedes, hermanos, veo a Jesús que sufre en la historia de este pueblo crucificado y oprimido, devastado por una violencia que no perdona, marcado por el dolor inocente, obligado a convivir con las aguas turbias de la corrupción y la injusticia que contaminan la sociedad y que sufre la pobreza en tantos de sus hijos», ha explicado Francisco. Y ha añadido: «Pero veo al mismo tiempo a un pueblo que no ha perdido la esperanza, que abraza con entusiasmo la fe y mira a sus pastores».
El Papa les ha indicado la necesidad de «arrancar las plantas venenosas del odio y el egoísmo, el rencor y la violencia; derribar los altares consagrados al dinero y a la corrupción; edificar una convivencia fundada en la justicia, la verdad y la paz». Igualmente les ha advertido de que su misión no ha de ser política, sino la del «anuncio de la Palabra para despertar las conciencias, para denunciar el mal, para alentar a los que están abatidos y sin esperanza».
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