'Fundación de santa María la Mayor' de Masolino
La basílica de Roma que surgió de una gran nevada en pleno agosto
Cuenta la leyenda que en la noche del 4 al 5 de agosto del año 358, la Virgen María se apareció en sueños al Papa Liberio pidiéndole que erigiera una iglesia dedicada al culto mariano
Una de las iglesias más importantes de Roma, según la tradición, se construyó tras un milagro: una nevada en pleno verano, el 5 de agosto del año 358. Se trata de la iglesia de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales, situada en lo alto de la colina del Esquilino.
La nevada
Cuenta la leyenda que en la noche del 4 al 5 de agosto del año 358, la Virgen María se apareció en sueños al Papa Liberio pidiéndole que erigiera una iglesia dedicada al culto mariano. El lugar donde debía construirse debía estar marcado por un acontecimiento extraordinario: una nevada.
Liberio no fue el único que tuvo ese sueño. Un joven y rico patricio romano llamado Juan, que era muy devoto de la Virgen María, también tuvo el mismo sueño en el que la Virgen pedía expresamente que se construyera una basílica en el lugar donde –al amanecer siguiente– encontraría nieve fresca. Y esto tendría lugar en una de las siete colinas de Roma.
En efecto, aquella noche fue fría y anormal para estar en pleno verano. Llegó entonces la mañana y Juan visitó las colinas. Estaba seguro de que vería el milagro aunque fuera agosto. Y el milagro se había producido realmente en la colina del Esquilino: era el lugar elegido por la Virgen María para construir la Iglesia.
El milagro de la nieve
Juan fue a ver al Papa para contarle el sueño y el milagro de la nieve, y el pontífice le dijo que él había tenido uno parecido. Liberio quiso ir personalmente al monte con Juan, que seguía perimetrado por un manto blanco.
Alrededor del perímetro del Esquilino, Liberio dio inmediatamente orden de erigir la basílica de Santa Maria della Neve. Los costes de construcción corrieron a cargo del patricio Giovanni.
Desde 1983, el «milagro de la nieve» se celebra cada año en Roma y atrae a turistas de todo el mundo. El espectáculo tiene lugar por la noche en la plaza frente a la Basílica. Entre sonidos y luces, se ilumina la fachada de la iglesia con sus preciosas estatuas. Después, a medianoche, se reproduce una nevada artificial que recuerda la que habría tenido lugar en el año 358 d.C.: los hielos descienden del cielo y blanquean el suelo para ofrecer un juego de colores realmente único.
Roma está muy unida a este acontecimiento, considerado uno de los más importantes del año. En 1987, el Papa Juan Pablo II también participó. El pontífice polaco recordó el prodigio de la nieve y la importancia de rezar a la Virgen María, a la que profesaba una profunda devoción.
¿Existe alguna prueba arqueológica o histórica de que esta iglesia se construyera después del milagro de la nieve? Lamentablemente, la respuesta es negativa.
Sólo existe un pasaje en el Liber Pontificalis, el libro de los pontífices, que afirma que el Papa Liberio «Fecit basilicam nomini suo iuxta Macellum Liviae». Es decir, que el pontífice hizo construir una basílica junto a la carnicería que Augusto quería en el Esquilino. Pero sin ninguna referencia a la nevada, ni a milagros de la Virgen María.
'Fundación de santa maría Mayor' de Masolino
La basílica de los récords
Incluso las recientes excavaciones bajo la actual basílica, si bien han sacado a la luz importantes pruebas arqueológicas como el estupendo calendario del siglo II-III d.C. y los restos de murallas romanas parcialmente visibles al visitar el museo, no han devuelto nada del antiguo edificio.
En cambio, la construcción de la basílica de Santa María la Mayor, tal como la vemos hoy, está definitivamente vinculada al Concilio de Éfeso del año 431 d.C., que proclamó a María Theotòkos, Madre de Dios, y que fue deseado y financiado por Sixto III como obispo de Roma.
La basílica tiene dos récords. El primero es que es la iglesia más grande de Roma dedicada a María (hay ochenta dedicadas a la Virgen en total), con una nave de 86 metros de largo.
El segundo récord es que el campanario, de estilo románico-renacentista, tiene 75 metros de altura y es el más alto de todas las iglesias de Roma.
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