El Papa León XIV saluda a los fieles tras la misa por el Jubileo de los misioneros digitales
Las tres misiones que León XIV ha pedido a los influencers católicos
El Papa se dirigió a ellos en italiano, inglés y español para anunciarles «la misión que la Iglesia les confía hoy»: ser portadores de paz
La Basílica de San Pedro estaba llena, pero no de turistas. Esta vez, los bancos los ocupaban los llamados influencers católicos y misioneros digitales, más de 1.100 jóvenes llegados de 146 países, reunidos en Roma con motivo del Jubileo dedicado precisamente a su vocación: evangelizar en las redes.
Muchos de los presentes en la basílica alzaban banderas y móviles, preparados para registrar el momento. El Papa León XIV, que llegó al final de la misa presidida por el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, se dirigió a ellos en italiano, inglés y español para anunciarles «la misión que la Iglesia les confía hoy»: ser portadores de paz.
1. «Anunciar la paz al mundo»
Ha vuelto a estar en el centro de su discurso esa paz que anunció nada más ser elegido Sucesor de Pedro. Una paz «desarmada y desarmante» fue lo que proclamó el pasado 8 de mayo. Ahora retoma esa misma palabra y le da un nuevo sentido: «La paz que viene del Señor, que ha vencido a la muerte, que nos trae el perdón de Dios, que nos da la vida del Padre, que nos muestra el camino del Amor», dijo el Papa al dirigirse a los asistentes.
León XIV enmarcó su llamada a la paz en el contexto actual: «en este tiempo nuestro, desgarrado por la enemistad y la guerra». Para él, el compromiso de los evangelizadores digitales es precisamente alimentar las redes sociales y los entornos digitales «con la esperanza cristiana».
«La paz debe ser buscada, anunciada y compartida en todas partes; tanto en los trágicos escenarios de la guerra como en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia», afirmó, subrayando el papel activo que deben asumir.
2. «Cultivar una cultura de humanismo cristiano»
A quienes llenan Instagram y TikTok con contenido católico, el Papa les motivó a un desafío más profundo: construir cultura. No se trata solo de compartir versículos o imágenes bonitas, sino de fomentar un espacio donde se reconozca la grandeza de cada ser humano como hijo de Dios. «Su misión es cultivar una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Para nosotros, esta es la belleza de la red», aseveró.
En un mundo atravesado por la tecnología, León XIV recordó que «la dimensión digital está presente en casi todo» y que la irrupción de la inteligencia artificial «marca una nueva geografía en la vida de las personas y para la sociedad en su conjunto».
El Papa planteó a los creadores de contenido un reto que va más allá del formato y la estética: la coherencia. «Reflexionar sobre la coherencia de nuestro testimonio, sobre la capacidad de escuchar y hablar; de comprender y ser comprendidos», fue su exhortación directa.
En un entorno digital donde abunda la palabra fácil y el juicio inmediato, León XIV recordó que también en las redes hay que «buscar siempre la ‘carne sufriente de Cristo’ en cada hermano». En el mismo sentido, ha añadido: “Nada que provenga del hombre y su ingenio debe ser doblegado hasta el punto de mortificar la dignidad de los demás.
3. «Encontrar corazones»
Frente al impulso de publicar de forma constante, León XIV puso el acento en lo esencial: las personas. «La misión de los influencers católicos no se trata simplemente de generar contenido, sino de encontrar corazones», aseguró.
Una invitación a un estilo evangélico real, encarnado, vulnerable que trata de «buscar a quienes sufren y necesitan conocer al Señor para sanar sus heridas, para levantarse y encontrar sentido, empezando por nosotros mismos y nuestra pobreza, despojándonos de toda máscara y reconociendo que somos los primeros en necesitar el Evangelio».
El Santo Padre les pidió también tejer comunidad desde lo profundo, construyendo vínculos que vayan más allá de la apariencia y el número de seguidores. Les animó a formar «redes de relaciones, redes de amor, redes de libre compartir», donde la amistad sea verdadera y capaz de «remendar lo roto» y «sanar de la soledad». Lo importante, insistió, no es la métrica, sino «experimentar la infinita grandeza del Amor en cada encuentro».
El reto es convertirse en «agentes de comunión», capaces de romper la lógica de la división, la polarización, el individualismo y el egocentrismo. La clave, afirmó el Papa estadounidense, está en centrarse en Cristo, para contrarrestar «la lógica del mundo, de las noticias falsas, de la frivolidad, con la belleza y la luz de la verdad».