Su riqueza en vitaminas y minerales y su bajo contenido en calorías hacen que se incluya en numerosas dietas
Además de apetecible, sabrosa y refrescante, la piña es una fruta altamente beneficiosa para nuestra salud debido a su composición nutricional y a sus propiedades. Esta fruta tropical es llamada también ananás, término que deriva del idioma tupi, de Brasil, donde la denominan nanás, que significa «fruta deliciosa» o «flor de frutos».
Su riqueza en vitaminas y minerales y su bajo contenido en calorías hacen que se incluya en numerosos regímenes de adelgazamiento. A pesar de su intenso sabor dulce, apenas un 10 % de su peso es azúcar, lo que hace que sea una fruta perfecta para renunciar a los dulces.
La piña aporta mucha vitamina C, uno de los antioxidantes más importantes que nos ayudará a mantener una buena salud y la forma física. También cuenta con betacaroteno, esencial para tener una buena salud visual, y fibra, lo que ofrece beneficios en la digestión, ayudando al tránsito intestinal y favoreciendo la salud digestiva en general, así como el buen funcionamiento del hígado.
Además, es rica en potasio, hierro, manganeso, zinc y yodo, que juntos contienen también antioxidantes que pueden ayudar a retrasar los signos de envejecimiento.
Si miramos sus efectos dermatológicos, el consumo de piña acelera los procesos de cicatrización y fomenta que la piel sea más elástica y brillante.
Tal y como explica el doctor Ramón Abascal, la piña contiene una enzima natural llamada bromelina. Esta fruta «tiene cualidades medicinales desde hace siglos y su principal responsable es la bromelina».
Esta molécula es útil en el tratamiento de enfermedades crónicas como la osteoartritis, pero también efectiva contra el dolor posoperatorio y los problemas cardiovasculares.
Asimismo, Abascal asegura que la bromelina es conocida por ser un excelente antiinflamatorio natural, llegando a ser el más recomendado por los especialistas.
Además de todo esto, limpia las arterias, descompone las placas de colesterol y minimiza el riesgo de trombosis y angina de pecho. Tiene también propiedades oncoestáticas, ya que consigue que los tumores sean menos malignos.
Lo habitual es ingerirla cruda, pero también puede incluirse en zumos, cócteles, ensaladas o conservas. Es posible prepararla también flambeada, al horno o cocinar con ella salsas y vinagretas para acompañar a vegetales o pescados. Aunque a muchos les desagrade, se puede incluir en la pizza o como complemento de carnes blancas.
Debido a su sabor dulce, es perfecta para realizar postres que además nos ayuden a cuidar la línea. Un ejemplo podrían ser bizcochos, helados o batidos cuya protagonista principal sea la piña.
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