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Saber cuánto dura realmente un alimento se ha vuelto casi un misterioConsum

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¿Lo sano dura menos? Así afecta esta creencia a nuestra forma de alimentarnos

Mientras persista la confusión sobre el significado de las fechas impresas en los envases, miles de productos perfectamente comestibles seguirán acabando en la basura

En la sociedad actual, donde la alimentación saludable cobra cada vez más protagonismo, se ha extendido la creencia de que los alimentos frescos, naturales y sin conservantes se estropean antes y, por tanto, son más difíciles de gestionar en el día a día. Sin embargo, esta percepción puede estar contribuyendo de forma innecesaria al aumento del desperdicio alimentario.

Muchos alimentos llevan etiquetas como «consumir preferentemente antes de», «fecha de caducidad» o «envasado el…», que a menudo se interpretan erróneamente como una fecha límite de seguridad alimentaria. Sin embargo, según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), este etiquetado no implica necesariamente que el alimento sea inseguro una vez superada esa fecha.

Un estudio publicado en el Journal of Marketing Research, en el que participaron más de 3.500 consumidores de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Corea del Sur, se llevó a cabo en ocho fases. El objetivo principal era entender cómo la percepción de los llamados «alimentos saludables» influye en su manejo y consumo.

En primer lugar, los científicos pidieron a los participantes que clasificaran seis productos —cereales, barritas de snack, barritas de proteína, yogur, galletas y patatas fritas— en dos categorías: aquellos que consideraban más saludables y aquellos que creían que caducarían antes. La mayoría asumió que los alimentos percibidos como «más saludables» serían también los que se estropearían con mayor rapidez.

Una percepción errónea

No obstante, tal y como explica Jeehye Christine Kim, profesora de la Universidad de Virginia y coautora del estudio, esta percepción errónea se debe a «la falta de conocimiento sobre el deterioro de los alimentos. Los consumidores aplican lo que saben sobre frutas y verduras frescas a productos envasados, incluso cuando no tiene sentido hacerlo».

Concretamente, les lleva a pensar que, si un alimento es saludable, también debe ser más perecedero. Esta creencia, basada en la experiencia real con frutas y verduras frescas —que efectivamente se estropean con rapidez—, se aplica erróneamente a productos envasados como yogures o barritas.

«A la basura por desconocimiento»

Debido a todo lo mencionado, los investigadores señalan que una de las claves para abordar este problema reside en mejorar el etiquetado. Según explicó Brent McFerran, profesor de la Universidad Simon Fraser y coautor del estudio, al The Wall Street Journal, tanto la industria alimentaria como los gobiernos deben tomar medidas, ya que «muchos alimentos perfectamente sanos y seguros para el consumo suelen acabar en la basura por desconocimiento sobre cuánto tiempo pueden consumirse sin riesgo».

Entender qué significan las etiquetas, exigir mayor claridad y repensar nuestras percepciones puede tener un impacto real, no solo en nuestra salud, sino también en el planeta. Por todo ello, mientras persista la confusión sobre el significado de las fechas impresas en los envases, miles de productos perfectamente comestibles seguirán terminando en la basura.

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