
Ensalada de tomate
La sencilla fórmula para conseguir que el tomate tenga más sabor
El tomate no solo es el rey de las ensaladas, esta fruta, compuesta principalmente por agua y cuyo macronutriente mayoritario son los hidratos de carbono, se ha convertido en un imprescindible de la dieta diaria en los hogares españoles. Según la Federación Española de Nutrición (FEN), entre las vitaminas que contiene cabe destacar la vitamina A, básicamente en forma de carotenoides provitamina A y una ración de tomate cubre el 61% de las ingestas recomendadas de vitamina C.
Ya sea en la frutería de barrio como en el supermercado la variedad de tomates es amplia. Los hay de pera, canario, corazón de buey, kumato, raf, cherry ... sin embargo en los últimos años muchos de ellos no consiguen ese sabor agridulce tan característico de un buen tomate maduro de temporada. Pero, incluso los tomates con menos sabor pueden elevarse con un simple ingrediente: la sal. Este condimento no solo realza el sabor, sino que también actúa a nivel científico.
Expertos del Instituto del Agua explican que al añadir sal a un tomate, esta actúa como deshidratante mediante un proceso llamado ósmosis: «La ósmosis es el movimiento natural del agua desde una zona con menor concentración de sal —el interior del tomate— hacia una zona con mayor concentración —la superficie salada—» y añaden: «Este fenómeno hace que la sal extraiga parte del agua del tomate, reduciendo su jugosidad y humedad, lo que concentra sus sabores y los vuelve más intensos».
Sin embargo, afirman, aunque este proceso puede realzar el sabor de un tomate maduro, también puede ablandarlo en exceso y hacer que pierda su textura firme. Por eso, conviene aplicar esta técnica con moderación y solo en preparaciones donde se busque intensificar el sabor del tomate.