El mango tienen beneficios para personas con prediabetes.
Alimentación
¿Podría una fruta tropical ayudar a prevenir la diabetes? Esto dice la ciencia
La clave no está únicamente en el azúcar, sino en la calidad del alimento completo
Si te presentan dos snacks, uno con siete gramos de azúcar y otro con más de 30, la elección parece obvia: el de menor contenido de azúcar debería ser la opción más saludable. Sin embargo, no siempre es así. Menos azúcar no significa necesariamente más salud.
La idea de que una fruta tropical pueda ayudar a reducir el riesgo de diabetes suena demasiado buena para ser cierta. Estas frutas suelen contener entre 10 y 50 gramos de azúcar, y el mango se sitúa en el rango más alto, lo que a simple vista lo convierte en una mala elección como tentempié. Pero una investigación, publicada en la revista Foods y liderada por Raedeh Basiri, especialista en nutrición clínica, muestra lo contrario: pese a su alto contenido de azúcar, el mango podría ofrecer beneficios protectores en personas con prediabetes.
«No solo importa cuánto azúcar hay en un alimento, sino también el contexto nutricional en su conjunto», señaló Basiri, profesora adjunta en el Departamento de Nutrición y Estudios Alimentarios de la Universidad George Mason. Su estudio representa el primer ensayo clínico de larga duración que demuestra los beneficios metabólicos y de composición corporal del consumo de mango en personas con prediabetes.
Las bondades del mango
En resumen, la clave no está únicamente en el azúcar, sino en la calidad del alimento completo. Los azúcares naturales del mango vienen acompañados de fibra, vitaminas y otros nutrientes con efectos positivos para la salud. En contraste, alimentos con azúcares añadidos –como cereales de desayuno o snacks 'bajos en azúcar'– carecen de este valor nutricional y, en algunos casos, incluso aumentan el riesgo de diabetes.
«El objetivo es animar a incluir frutas enteras, como el mango, dentro de hábitos alimentarios saludables y de estrategias prácticas de prevención de la diabetes», explicó Basiri. «Quienes tienen alto riesgo no deben fijarse solo en el azúcar total, sino también en cómo se distribuye y combina en la dieta».
Así se hizo el estudio
El estudio dividió a los participantes en dos grupos: uno recibió diariamente un mango fresco y el otro una barra de granola baja en azúcar. Durante seis meses se evaluaron niveles de glucosa en sangre, sensibilidad a la insulina y grasa corporal.
Los resultados fueron sorprendentes: el grupo que consumió mango –con 32 gramos de azúcar– mostró mejor control glucémico, mayor sensibilidad a la insulina y una reducción de la grasa corporal, en comparación con quienes comieron la barra de granola –con apenas 11 gramos de azúcar–.