Balbino Alarcón
Coronavirus
«La tercera dosis de la vacuna frente a la covid podría debilitar el sistema inmune»
El investigador y científico del CSIC Balbino Alarcón explica el panorama pandémico y la importancia de los test serológicos
La llegada de la nueva variante Ómicron del coronavirus a varios países europeos, entre ellos España, está cambiando el panorama pandémico y ha puesto sobre la mesa la necesidad cada vez mayor de protección frente a este virus. Ante esta situación, resulta fundamental conocer el grado de inmunidad mediante la realización de un test serológico para asegurar los resultados de la tercera dosis de la vacuna.
El investigador y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Balbino Alarcón lo explica.
–¿Funcionan las vacunas ante la nueva variante ómicron?
–Parece que sí, que están funcionando. Se puede ver porque no hay un aumento del número de fallecidos o de casos graves con la aparición de la nueva variante ómicron. Entonces, en cuanto a que la inmunidad preexiste a las dos variantes anteriores, pues parece que se está protegiendo frente a ingresos graves. En este aspecto hay que ser optimista. Yo creo que sí que vamos a estar protegidos.
–¿Qué opina de la de la tercera dosis de la vacuna?
–Una vez que tienes una inmunidad conseguida por una infección, o bien porque te hayan dado la pauta completa de vacunación, no tiene sentido administrar de forma generalizada, tanto a la población global de España o Europa como a segmentos de población basados por la edad o por condiciones de salud, sin una evaluación de la respuesta a las primeras dosis. La administración de más dosis de la misma vacuna lo que hace es personalizar al sistema inmunológico en las secuencias de esa vacuna y eso tiene un aspecto negativo. La tercera dosis de la vacuna frente a la covid podría debilitar el sistema inmune. Yo considero que no se debería dar la tercera dosis sin más.
–¿Cómo se puede ver si estamos inmunizados con las dos primeras dosis?
–Midiendo el título de anticuerpos contra la variante de Wuhan como con las variantes que van emergiendo.
–Pasando a los test que habéis puesto en marcha, ¿cómo funcionan y cómo surgió la idea?
–Surgió de una forma casual. Tenemos un proyecto del CSIC, que lo financió, para nuestra intención que no resultó. Nuestra intención era conseguir que un anticuerpo neutralizante que pudiera utilizarse para administración directa a las personas infectadas y bloqueara al virus para que no causara los síntomas más graves. Entonces, básicamente, conseguir los anticuerpos avanzados basándonos en la existencia del anticuerpo anterior, contra la forma del coronavirus uno para intentar convertir este cuerpo neutralizado de coronavirus dos. Entonces conseguimos un proyecto del CSIC para intentarlo, hicimos unas cuantas modificaciones en los anticuerpos y no conseguimos lo que queríamos.
–¿Y qué pasó después?
–Como efecto colateral del proyecto, lo que hicimos fue, para ver si el anticuerpo que estamos generando reacciona contra la proteína como producto colateral, inventamos un sistema basado en la presión de la proteína F en manera nativa. Esto quiere decir que es la misma forma en la que se encuentra en el virus. No es una proteína recombinante, no es una proteína producida en bacterias o en otros sistemas que luego se purifica fuera de las células y se utiliza para hacer ensayos de tipo erizado tipo clia, sino que es una proteína que producen las células del mismo modo que producirían si estuvieran infectadas.
–¿Funciona igual que cualquier test?
–Es un sistema diferente, técnicamente diferente, empleando una máquina diferente que permite evaluar la cantidad de anticuerpos que hay y su calidad frente a la proteína S nativa, la completa del virus. Entonces obtiene el sistema, que tiene a su vez un control interno que permite cuantificar muy bien la cantidad de anticuerpos y decidir si es positivo o negativo. Ahora mismo ya el sistema lo creamos nosotros y ha pasado a la empresa Vitro para comercializarlo.
–¿Qué pasa con los test rápidos de antígenos?
–Ahora están muy extendidas las pruebas de antígeno, que son más o menos fiables. Más bien no muy fiables. La prueba rápida de antígeno creo que debería de ser tan válida como una prueba de antígeno. Yo he pasado la infección y me he vacunado, tengo inmunidad demostrable porque aún tengo anticuerpos contra el virus. Es decir, sí estoy protegido. Por lo tanto, no se debería insistir tanto en test de antígenos, que son poco fiables. Quizás sería mejor tener test serológicos.
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