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07 de mayo de 2024

Un expositor casi vacío de botellas de aceite de girasol en un supermercado de Madrid

Un expositor casi vacío de botellas de aceite de girasol en un supermercado de MadridEFE

La cesta de la compra se dispara por el conflicto de Ucrania

Cereales, aceite de oliva y derivados de la carne son los primeros productos que incrementarán su precio

Las consecuencias económicas del conflicto de Ucrania comienzan a pasar factura en España, con el precio de los carburantes y la electricidad por las nubes. En nuestra cesta de la compra ya lo hemos empezado a notar, especialmente con el aceite de girasol, pero se espera que afecte a muchísimos más productos.
Varias cadenas de supermercados han empezado ya a racionar el aceite de girasol y su precio se ha disparado desde que comenzó la invasión. Y es que Ucrania es mayor productor de este alimento, seguido por Rusia, copando ambos países el 80 % de la producción mundial.
El problema es la cantidad de productos que utilizan este aceite en su composición. Bollería industrial, como pastas o galletas, utilizan el aceite de girasol ya que es más barato que otras grasas vegetales. También está presente en conservas de todo tipo y en multitud de salsas, como la de tomate, el alioli o la mayonesa. Además, es el más utilizado para freír, por lo que también es posible que notemos subidas en hostelería y restauración.
La OCU ha advertido contra la compra compulsiva de este producto ya que el aceite que se está vendiendo actualmente procede de la cosecha de girasol del verano, antes de la guerra, por lo que una posible falta de aceite no se produciría «hasta el próximo año».
Los cereales son otros que se han visto afectados por el conflicto. Rusia y Ucrania representan el 29 % de las exportaciones de trigo y el 19 % del maíz. De hecho, Ucrania es el segundo exportador de granos a España.
Los alimentos que contienen algún tipo de cereal en su elaboración son innumerables: leches infantiles, pan, galletas, bollería, salsas, snacks salados, pasta, cerveza… En centenares de productos veremos una subida de precios.
Los piensos compuestos empleados para la alimentación de animales de granja están elaborados con estos cereales. De los casi 14 millones de toneladas de maíz que España consume al año, 11,3 millones están destinadas a la alimentación animal. Así, también se espera un aumento en el precio de las carnes, los huevos, lácteos y, en general, todos los derivados animales.

Incremento de los costes de distribución

El resto de productos tampoco se salvan. Con el precio de la gasolina acercándose a los dos euros, el precio del transporte se ha encarecido trasladando ese incremento a los consumidores. Desde ANICE han pedido una rebaja de la fiscalidad, la reducción de los costes de la energía para la industria y evitar cargas reglamentarias como la Ley de Residuos.
De momento, el Gobierno ha aprobado el llamado Plan Nacional de Respuesta al Impacto de Guerra, que incluye medidas de impulso para proteger a la población más vulnerable y a la industria electrointensiva. Sin embargo, no parece que vaya a evitar que los españoles se tengan que rascar un bolsillo que empieza a quedarse vacío.
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