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28 de marzo de 2024

Hermanas asesinadas Pakistán Terrasa

Las dos hermanas vecinas de Terrasa asesinadas en PakistánPolicía de Punjab

Sociedad

Matrimonios forzosos y asesinatos de honor: la fatal combinación que mata a cientos de mujeres al año

La historia se repite. Y las consecuencias, una vez más, vuelven a ser fatales. Cientos de miles de mujeres son sometidas cada año a matrimonios forzosos, generalmente por razones económicas, culturales o por determinados intereses de las propias familias.
Aunque la práctica, muy común en determinadas regiones de África, Asia u Oriente Medio, puede obedecer a distintas motivaciones, el castigo en caso de que las cónyuges se nieguen a doblegarse o pidan el divorcio es innegociable: la muerte o, en el mejor de los casos, el uso de la violencia extrema. Todo ello con el fin de proteger el «buen nombre» de la familia.
El cruel asesinato de dos jóvenes españolas a manos de sus propios familiares después de que pidieran separarse de sus primos, con quienes habían sido casadas, ha devuelto al primer plano una de las caras más atroces de las costumbres que imperan en los países regidos por las normas más fundamentalistas del islam.
Los llamados crímenes de honor (agresiones o asesinatos perpetrados por los parientes de la víctima, que casi siempre es mujer, por haber «deshonrado» a la familia) suelen cometerse por diversos motivos: intentos de divorcio, aspiraciones de casarse con alguien a quien la familia no aprueba, o el deseo de llevar un estilo de vida opuesto a las creencias de la familia.
En Pakistán, país del que eran originarias las jóvenes de Tarrasa y donde fueron asesinadas durante un viaje, un total de 478 mujeres (aunque la cifra real es probablemente mayor) fueron víctimas de este tipo de crímenes en 2021, según datos policiales de la Comisión de Derechos Humanos del país.
La práctica, ampliamente extendida, gozó hasta 2016 de una gran permisividad por parte de las autoridades. Pero ese año la modelo e influencer Qandel Booch, conocida como la 'Kim Kardashian pakistaní', fue asesinada por su hermano por no llevar una vida «acorde» a los valores del islam más ortodoxo. El caso suscitó tal indignación entre la población, especialmente la de menor edad, que el Gobierno se vio forzado a cambiar la legislación e imponer una pena de 25 años de cárcel para los culpables.
El giro fue drástico porque hasta ese año los asesinos podían librarse de la condena si la familia de la víctima les perdonaba, algo habitual en la mayoría de los casos al ser los propios parientes carnales los que suelen cometer el asesinato.
Aunque las mujeres son, por lo general, la diana de este tipo de crímenes, las víctimas pueden ser también hombres. Sucede en los casos en los que el varón es asesinado por los familiares de la mujer con quien tiene una relación que se considera inapropiada, o cuando se traspasan determinados límites sociales al adoptar costumbres o mezclarse con religiones ajenas a la comunidad a la que se pertenece.
Además de en Pakistán, donde según Human Rights Watch la violencia contra las niñas y mujeres es «endémica», otros de los países marcados por los crímenes de honor son Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Irán o Afganistán; cuyas legislaciones, de profunda raigambre islámica, suelen mostrarse bastante laxas y en general permisivas con los asesinos que los cometen.
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