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18 de abril de 2024

Trabajadores sanitarios en el Hospital Vall d'Hebron, en 2021

Trabajadores sanitarios en el Hospital Vall d'Hebron, en 2021GTRES

Sanidad

El verano destapa las carencias de nuestro sistema sanitario y deja los hospitales en cuadro

El verano en los hospitales españoles está siendo complicado. Tras los dos últimos periodos estivales, donde la pandemia impactaba incluso en mayor medida sobre el sistema sanitario, el presente ha permitido a médicos, enfermeros, administrativos y celadores darse un respiro para disfrutar de las vacaciones con normalidad.
Ahora bien, ese descanso ha puesto de manifiesto el déficit de personal crónico que hay en la Sanidad Pública. Y que parece ir a más.
Son meses donde el cierre de camas en casi toda España suele ser una constante, un escenario agravado por el reajuste de recursos, y casi nadie escapa a ello.
Unas carencias que se traducen en cierres de plantas y centros sanitarios, problemas de planificación para que los exhaustos profesionales sanitarios cuadren sus vacaciones y los consiguientes tiempos de espera para el paciente, la otra X de la ecuación que sufre esta situación.
«El personal tiene todo el derecho a coger ahora sus vacaciones y más si tenemos en cuenta la presión asistencial sufrida durante estos últimos años por la pandemia. El gran problema es que hay plazas que no se pueden cubrir porque no hay profesionales, así de simple. Es el fruto que recogemos de la mala gestión», declara a El Debate Anna López, responsable del Instituto Catalán de la Salud en UGT.
Para muestra, un botón. Miramos ahora a Andalucía. Este verano se ofrecieron 18.000 contratos en el SAS (Servicio Andaluz de Salud) para sustituir «al 80 o 90 por ciento de personal» –compuesto por un total de casi 130.000 profesionales–que se ha ido este verano.
«Hay un problema real de falta de trabajadores en categorías como medicina y enfermería que se van a otras comunidades buscando contratos más extensos, mientras que en Andalucía se han ofrecido contratos de dos o tres meses ahora en verano, en otros sitios les dan uno o dos años, por lo que lógicamente se van porque acumulan más puntos para luego volver aquí a la bolsa», añade a este periódico Antonio Macías, Sector Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de UGT Servicios Públicos Andalucía.
El conflicto alcanza incluso a esferas superiores. «Con determinadas especialidades, como pediatría, medicina de familia, nos encontramos que hay lugares donde nadie quiere ir ni siquiera a cubrir suplencias. La Administración debería ofrecer incentivos en cuanto a mejora de retribución o que incluso valgan más esa prestación de servicios porque hay zonas como Osuna, la Sierra de Cádiz, el área norte de Almería… donde es muy difícil cubrir ese personal».

El gran problema es que hay plazas que no se pueden cubrir porque no hay profesionales, así de simpleAnna LópezUGT Cataluña

En el resto de comunidades, han trascendido en los últimos días situaciones con el mismo denominador común.
Por ejemplo, en Castilla-La Mancha. Las urgencias del Hospital Universitario de Toledo se encontraban colapsadas con decenas de pacientes a la espera de ingreso. En Madrid, la falta de personal y el cierre de camas estuvo a punto de colapsar el Hospital 12 de Octubre. Un conflicto que llena los pasillos de pacientes que esperan para ingresar en planta.

Las zonas de playa

Son meses donde hay mucho transvase de ciudadanos que se desplazan a las zonas de costa para disfrutar del descanso estival, lo que provoca una masificación en determinadas localidades, cuyo sistema sanitario no puede absorber.

La Administración debería ofrecer más incentivos para cubrir las plazas en sitios a donde nadie quiere irAntonio MacíasUGT Andalucía

Hace escasas fechas el diario El País ponía cifras al cambio que experimentaban estas ciudades, como por ejemplo, en Torrevieja (Alicante). El servicio de Urgencias de su hospital pasaba de atender entre 150 y 170 personas en marzo a los 400 pacientes diarios en verano.
Desde los sindicatos lo confirman. Las zonas de playa, asumen, están infradotadas de personal y, en cambio, en verano hay más gente que nunca, por lo que son días complicados.
Afortunadamente, la previsible presión hospitalaria que se estimaba que causaría la séptima ola de la covid a principios de julio y agravaría aún más la situación, ha comenzado a relajarse, por lo que, en ese sentido, agosto está siendo bastante más tranquilo de lo esperado.

Aumento de la mortalidad en julio

La ola de calor, la covid y otras causas no determinadas aún provocaron un inusual incremento de la mortalidad en julio, lo que ha elevado hasta en un 25 % la actividad de las funerarias, ya que, según las estimaciones del Ministerio de Sanidad, se habrían registrado 10.928 muertes no esperadas.

Según las estimaciones del MoMo (Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria), el pasado julio se habrían producido 10.928 muertes más de las esperadas para ese período, de las que 2.223 son atribuibles a las altas temperaturas. La cifra total de exceso de mortalidad del pasado mes es muy superior a las 2.385 estimadas para el mismo período de 2021, las 1.972 de 2020 o las 1.057 de 2019.

En ningún caso son cifras de muertos reales, sino que se trata de una estimación que el MoMo hace a partir de un modelo matemático.
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