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24 de abril de 2024

Encuentro internacional de salud y enfermedades medioambientales

Encuentro internacional de salud y enfermedades medioambientalesHM

La contaminación atmosférica causa nueve millones de fallecimientos al año en el mundo

Los especialistas estiman que los factores medioambientales pueden ser la causa del 35 % de fallecimientos que se producen al año

La calidad del aire influye en la salud. Así lo han certificado los expertos en el I Encuentro Internacional sobre Salud y Enfermedades Medioambientales que se celebra en el Hospital HM Nou Delfos de Barcelona. Allí han analizado cuáles son las principales causas de muerte de la población mundial y qué características tiene el entorno en el que se producen.
Los resultados son significativos, pues la contaminación atmosférica está provocando nueve millones de fallecimientos al año en el mundo, mientras que el cambio climático incide directamente en el deceso de 500.000 personas al año e, indirectamente, en el de decenas de millones, según informan.
Más de un centenar de profesionales de diferentes sectores (salud, empresa, industria, universidades, agricultura, etc.) se han reunido por primera vez con el objetivo de debatir sobre cómo los factores medioambientales pueden estar influyendo en el desarrollo de nuevas patologías o en el incremento en la incidencia de trastornos ya conocidos. En este sentido, los especialistas estiman que los factores medioambientales pueden ser la causa de aproximadamente el 35 % del total de fallecimientos que se producen al año en el mundo. Entre estos factores, la contaminación atmosférica es el principal origen, pues comporta 9 millones de decesos anuales.
La contaminación atmosférica se asocia al desarrollo de enfermedades respiratorias como la EPOC o el asma, cardiovasculares como el ictus, cáncer cerebral, de pulmón o vejiga y problemas en el sistema endocrino (disrupciones metabólicas). Asimismo, entre la población infantil la exposición a los agentes contaminantes del aire durante el primer año de vida y la infancia conlleva efectos en la salud física y psicológica. Así, se está observando su incidencia en rasgos de inteligencia, rendimiento y cognición.
Por otra parte, se estima que los efectos del cambio climático inciden directamente en el deceso de 500.000 personas al año e, indirectamente, en el de decenas de millones. Los eventos climáticos extremos, como el aumento de las temperaturas, favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares; la poca disponibilidad de agua o su mala calidad comporta diarreas, disentería y problemas de nutrición. Estos también se ven soportados por la provisión desigual de alimentos. Finalmente, la transformación que está experimentando nuestro entorno también está provocando la extensión de enfermedades infecciosas.

Esperanza de vida estancada

El Dr. Fernando Valladares, profesor de investigación del CSIC y Director del grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha explicado en su ponencia ‘¿De qué morimos?’ que «históricamente, la esperanza de vida se ha ido alargando gracias a los avances científicos y de la medicina, pero desde hace unos años se está observando que se encuentra estancada y diferentes estudios realizados apuntan a que la degradación del medio ambiente va más rápido que los progresos médicos. De esta manera, por primera vez en 150 años, podría producirse el hecho de que la generación de hijos viva menos años que la de sus padres».
«La sociedad es cada vez más consciente de la relación existente entre medioambiente y salud», ha asegurado el Dr. Juan Antonio Ortega, coordinador de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica (PEHSU) del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, quien ha impartido la conferencia ‘Órbita PEHSU: El poder de la buena salud’. El especialista, con más de 20 años de experiencia en pediatría y salud medioambiental, ha añadido que «ya no es extraño que los padres pregunten qué hábitos deben seguir para proteger a sus hijos. Ahora, lo que hace falta es trasladar a la práctica clínica lo que ya se sabe y va ser necesario la creación de unidades específicas, muy escasas actualmente en la sanidad española. Nuestro desafío no es humanizar la medicina, sino renaturalizarla».
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