La Torre Eiffel desde el aire
¿Por qué la Torre Eiffel crece 15 centímetros cada verano?
Debido al aumento de los termómetros en la capital francesa, cada año se produce una expansión del hierro que forma el monumento
Es el icono por excelencia de París y de Francia, y uno de los más representativos de Europa. La Torre Eiffel es una es una estructura de hierro pudelado y está ubicada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena. Tiene una altura de 300 metros, motivo por el que inicialmente fue llamada Tour de 300 mètres, prolongada más tarde con una antena hasta los 324 metros.
Sin embargo, pocos saben que esta enorme estructura sufre cambios de altura y de inclinación. A pesar de que la integridad de la torre no está en entredicho, puede que los datos que vamos a ofrecer a continuación asusten a alguno de sus futuros visitantes.
Y es que, a pesar de su gran tamaño y el enorme trabajo de ingeniería, la torre, que cuenta con 18.038 piezas de hierro y 10.100 toneladas de peso, aumenta su altura cada año durante los meses de verano hasta 15 centímetros. Esto se debe a la expansión térmica o dilatación térmica, proceso mediante el cual se aumenta la longitud o volumen debido al incremento de las temperaturas.
Por tanto, debido al aumento de los termómetros en la capital francesa, cada año se produce una expansión del hierro que forma el monumento hasta alcanzar los 15 centímetros. Una medida que, sin embargo, no se percibe a simple vista, y es que la diferencia entre 300 metros y 300,15 es imposible de observar por el ojo humano.
De igual manera, la famosa torre también se inclina. Esto se debe a que, en los días más despejados, el Sol incide en uno de los lados del monumento, por lo que la parte soleada alcanza mayores temperaturas que la que se encuentra la sombra y sufre, por tanto, una mayor dilatación.
Como consecuencia, en estas jornadas despejadas y calurosas al final del día la Torre Eiffel termina ligeramente inclinada hacia el lado opuesto al Sol. Otro caso en el que no se puede percibir por el ojo humano, por lo que turistas y residentes nunca notan cambios en la emblemática torre.
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