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04 de mayo de 2024

Transeúntes fotografían el termómetro situado en el Prado que marca 50 grados, a 26 de junio del 2023 en Sevilla

Transeúntes fotografían el termómetro situado en el Prado que marca 50 grados, a 26 de junio del 2023 en SevillaEuropa Press

Las cuatro olas de calor de este verano han dejado al menos 1.800 muertes

Los días de calor extremo de agosto han sido tardíos, pero no «tan brutales» como lo fueron en 2022

El número de muertos por ola de calor de este año no ha sido «tan brutal» como el del año 2022. Según las estimaciones del El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III 95.904 personas han perdido la vida desde el 1 de junio, de las que 1.834 se pueden atribuir a las altas temperaturas.
Los datos contabilizados por el MoMo reflejan el máximo el pasado 12 de agosto, con 79 fallecimientos; los últimos disponibles son del día 22, cuando las muertes atribuibles al calor fueron 68, pero hay que tener en cuenta que van con cierto retraso y se actualizan continuamente.
Tal y como explica a Efe Dominic Royé, jefe de Ciencia de Datos de la Fundación para la Investigación de Clima (FIC), y uno de los autores de la aplicación Mortalidad Atribuible en verano por Calor en España (MACE) que acaba de lanzar con Aurelio Tobías, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Carmen Íñiguez, de la Universidad de Valencia, el impacto del calor «no es solo un golpe de calor, que son los menos». Si no que el calor en sí «es un estrés para el cuerpo».
Vuelve así a tratarse de un verano «extremo» que ahora atraviesa una cuarta ola de calor demasiado tardía para lo que es habitual, pero no será «tan brutal» como lo fue 2022, cuando se sucedieron 28 días de calor extremo y 8.815 muertes por esta causa.
De hecho, con datos ya oficiales del INE, la mortalidad se disparó un 20 % entre los meses de mayo y agosto de 2022 y las defunciones por golpe de calor y deshidratación se duplicaron respecto a tres años antes.

Desplome de las temperaturas

Concluida la cuarta ola de calor del verano, la más intensa y prolongada de 2023,el último fin de semana de agosto llegará, por el contrario, con un desplome de temperaturas, según la Aemet, hasta valores «más bien de principios de otoño», inferiores a los normales para la época en amplias zonas del país.
La llegada en las últimas horas de un frente atlántico por el norte asociado a la borrasca Betty –que en Irlanda y parte del Reino ha dejado fuertes lluvias– ha puesto fin a la ola de calor, aunque todavía hoy en la mitad sur, el nordeste y archipiélagos sigue apretando el bochorno y no se suavizará hasta entrado el fin de semana.
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