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28 de abril de 2024

Galletas María

¿Por qué las galletas María se llaman así? La historia de la duquesa que les dio nombre

Populares desde España hasta Pakistán, te contamos el origen de las famosas galletas María

Las galletas María son muy conocidas por todo el mundo. Su popularidad es tal que no solo se consumen dentro de España y Europa, sino que también en casi toda América y en países como Sudáfrica, Australia, Pakistán e India.
A pesar de que muchos piensan que las galletas María son españolas, este no es el caso. Solo un país tiene el honor de decir que son los creadores de las galletas María. Se trata de Inglaterra. Y no tienen un origen popular, sino que vienen de una familia de alta alcurnia.

Creación de las María

En España circula una historia de que las galletas llevan el nombre de la nieta del fundador de la empresa que las comercializaba, Fontaneda, una empresa de Palencia. Sin embargo, esto no es así.

Las galletas María fueron creadas en 1874 en Londres por Peek Freans, una empresa inglesa de galletas. Este año, la sociedad inglesa se preparaba para un acontecimiento muy importante, se trataba de una boda real, y no cualquiera, sino la del Príncipe Alfredo I de Sajonia-Coburgo-Gotha, hijo de la Reina Victoria, y la Gran duquesa María de Rusia, hija del zar Alejandro II de Rusia.
Por la celebración, que no solo repercutía en Inglaterra sino también en buena parte de Europa, la empresa Peek Freans de los reposteros James Peek y George Hender Frean tuvieron la idea de crear una galleta especial para conmemorar dicho evento. La idea era hacer un postre que acompañara el clásico té británico, y así nació la Marie biscuit.

Popularidad mundial

Tanto Peek como Freans no esperaban que su Marie biscuit se volviera tan popular hasta el punto de dar la vuelta al mundo con la receta inicial casi intacta.
Las galletas María que hoy conocemos se fabrican todas en lugares distintos, y cada marca aporta su toque especial, casi siempre con algún ingrediente relacionado con el país en el que se producen.
En España, se hizo muy popular justo después de la Guerra Civil, cuando la sencilla pero deliciosa galleta se convirtió en un alimento fácil de obtener y en un ícono de recuperación económica. Esto último es debido a que, por sobras de las cosechas de trigo, las panaderías empezaron a producirlas masivamente, abaratando así sus costos y alimentando a un país que lo necesitaba.
Las galletas María también tiene mucha popularidad en países de América. Por ejemplo, en Uruguay, donde son comercializadas por la empresa «Famosa». En Venezuela también gozan de mucha fama y consumo, y son comercializadas por compañías galleteras como Galletera Italia o Galletas Puig.

El rol de Fontaneda

Después de que las Marie biscuit fueran todo un éxito que traspasara las fronteras nacionales de Inglaterra y llegaran hasta España, fue una empresa familiar de Palencia, llamada Fontaneda, la que adoptó la receta y la comercializó a la población española.
En 1920 Eugenio Fontaneda decidió traducir el nombre al español y las rebautizó con galletas María.
A pesar de ser muy conocidas en España y también asociadas a Fontaneda, en los años 90, con las crisis vividas, cambiaron de empresa y desde el año 2006 se encuentran en manos del grupo Mondelez Internacional.

Recetas

María ha viajado por el mundo creando cientos de recetas distintas desde la sencillez de su composición. No solo se come en la merienda o en los desayunos con café o leche, sino que también ha pasado a ser un ingrediente fundamental en recetas de postres y platros tradicionales.
Algunas de las elaboraciones más famosas que se suelen hacer con las galletas María son las natillas, elaboradas con leche, canela, vainilla, limón, huevo y azúcar; las galletas fritas, en las que se untan con algún relleno y se fríen y se cubren de azúcar; y pastel de galleta, en el que se alterna capas de galletas mojadas en distintos ingredientes. En España, en la comunidad autónoma de Cataluña, se usa también en platos salados como base para la picada o para espesar salsas, empanados y gratinados.
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