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29 de abril de 2024

Pulmones de acero

El pulmón de acero funcionaba mediante un fuelle que daba aire a los pacientesWikipedia

El pulmón de acero, la máquina que abrió la senda de técnicas modernas para los cuidados intensivos

Fue creada en 1928 por Philip Drinker, uno de los pioneros de la bioingeniería y de la seguridad industrial

Vacunas, fármacos, máquinas para controlar y curar enfermedades. Hoy en día existen muchos tratamientos para tratar multitud de afecciones, pero no siempre ha sido así. Según los primeros escritos médicos, en el siglo XXI a.C. surgieron las primeras terapias para enfermos. No eran como los que conocemos ahora, pero eran útiles y aliviaban las dolencias. Siglos después, concretamente en la primera mitad del siglo XIX, surgió otro nuevo concepto que revolucionó el mundo sanitario: los pulmones de acero.
Aunque sea algo desconocido y no se sepa de su existencia, el pulmón de acero ha salvado muchas vidas, sobre todo de los enfermos por poliomielitis, un virus muy contagioso que puede provocar la parálisis y la muerte en pocas horas. Este rudo dispositivo, que parece «un ataúd con patas», ha permitido durante años sobrevivir a esta mortal enfermedad.
Este fue el caso de Paul Alexander, un hombre que después de contagiarse de poliomielitis tuvo que vivir durante siete décadas en este cilindro para recibir presión de aire y que sus pulmones –ya paralizados– funcionasen con normalidad. El estadounidense, que murió el pasado 14 de marzo, es conocido mundialmente como «el hombre del pulmón de acero».
Paul Alexander en su pulmón de acero

Paul Alexander en su pulmón de aceroFacebook

Alexander contrajo la polio en 1952, cuando solo tenía seis años. Esta grave enfermedad le produjo una parálisis del cuello para abajo y aunque mejoró bastante, tuvo que optar por este respirador mecánico para continuar viviendo. De hecho, su condición no le privó de nada. Se sacó la carrera de Derecho y escribió un libro.

En qué consiste el pulmón de acero

La máquina fue creada en 1928 por Philip Drinker, uno de los pioneros de la bioingeniería, de la seguridad industrial y miembro de la facultad de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan. Lo que comenzó siendo una herramienta contra el envenenamiento por gas de carbón, terminó salvando la vida a miles de niños y adultos en el punto más alto de la epidemia por polio.
Durante casi 30 años, el pulmón de acero fue el tratamiento por excelencia. El cilindro hermético, que pesaba hasta 295 kilogramos, funcionaba mediante un fuelle. Gracias a su versatilidad, el paciente que se encontraba en la camilla dentro del tubo que bombeaba un flujo de aire, era capaz de salir y entrar con facilidad según sus propias necesidades.

La polio y la UCI

Lo que comenzó siendo un tratamiento para los trabajadores terminó en un exitoso funcionamiento que años después dio pie a la creación de los ventiladores mecánicos, máquinas que, aunque ya están muy perfeccionadas, se ha empleado en miles de pacientes con problemas respiratorios. Un ejemplo de ello es en 2020, durante la pandemia por coronavirus.
Su creación abrió una senda para los cuidados intensivos, ya que gracias esta grave enfermedad y a Philip Drinker surgieron las primeras UCI. Estas se crearon para atender a todos los ciudadanos enfermos de poliomielitis que requerían de ventilación con presión. Además, con el paso de los años, esta situación ayudó a comprender la importancia de vigilar y atender a los pacientes más durante todo el día con sanitarios altamente cualificados.
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