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El Catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevista

El catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevistaPaula Argüelles

Entrevista

José María Gimeno Feliú: «Una reducción de precios como objetivo principal afectará al paciente»

El catedrático de Derecho Administrativo presentó alegaciones al anteproyecto de Ley de Medicamentos con el Observatorio de Contratación Pública

Con la salud no se juega es un dicho popular, y una de las máximas de José María Gimeno Feliú, catedrático de Derecho Administrativo por la Universidad de Zaragoza especializado en contratación pública. Autor de más de 30 monografías y más de 200 publicaciones, dirige el Observatorio de Contratación Pública que ha presentado alegaciones al anteproyecto de Ley de Medicamentos propuesto por el Ministerio de Sanidad gestionado por Mónica García.

Siempre pensando en lo público, alerta de que todavía estamos a tiempo de «no debilitar el sistema público sanitario», porque antes que «tensionar económicamente la provisión de medicamentos», se debe de tener una «visión más amplia» y pensar en el paciente y en «la industria como creación de actividad económica productiva que genera riqueza».

–El anteproyecto de Ley de Medicamentos elaborado por el Ministerio de Sanidad gestionado por Mónica García, ¿ha tenido en cuenta al sector?

–Algo se ha tenido en cuenta en la medida que se ha podido participar y hacer observaciones, aunque ha dejado un sabor agridulce. Hay cosas que están bien y otras cosas que pueden dejar al sector perjudicado, porque genera cierta inseguridad jurídica.

–Con la revisión de los precios para las compras de medicamentos cada seis meses, ¿vamos a una burocratización del sistema sanitario?

–Tanto a una burocratización como a una inseguridad económica de las empresas, en un contexto del medicamento que no es sólo nacional, sino mundial. Cuando una empresa farmacéutica puede colocar, por ejemplo, un medicamento en Portugal al doble de retribución, irá a Portugal por un tema de rentabilidad. Y eso es muy mal modelo. Primero, porque tendremos menos tratamientos. Segundo, las empresas pueden no invertir en España y estemos ahuyentando al sector salud de la industria para que vaya a otros países. Y eso en política económica global sería un error.

El Catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevista

El catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevistaPaula Argüelles

–El sistema de precios seleccionados también pondría en peligro la continuidad de los tratamientos para los pacientes y añadiría complejidad a la gestión de la prescripción y dispensación de medicamentos…

–Creo que sí. El sistema de rebaja continuada de precios como mecanismo ordinario puede acabar rompiendo la posibilidad de que los ciudadanos tengamos esos tratamientos, en la medida que habrá empresas que no les interesará estar en ese mercado, porque a pérdidas no van a ir. Tendríamos que cambiar el modelo de adquisición de medicamentos garantizando la sostenibilidad financiera, pero viendo el valor qué aportan. Una reducción de precios como objetivo principal va a hacer una peor gestión de los medicamentos en los sistemas públicos en España, que afectará mucho al paciente. Tenemos que blindar que el paciente tenga la mejor oferta terapéutica.

–¿Se ha dejado de situar como objetivo central al paciente?

–Hay un sesgo economicista muy importante frente a un sesgo que pensase en cómo con mi disponibilidad presupuestaria consigo la mejor calidad del servicio público sanitario con los mejores resultados de los tratamientos terapéuticos. Hay que pensar que, si estamos curando a la gente, si hay envejecimiento y mejor calidad de vida, eso no es una debilidad del sistema, eso es un acierto.

El Catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevista

El catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevistaPaula Argüelles

–Pero si prima más el precio y centrarse más en buscar el máximo ahorro…

–Eso al final lo sufrirá el paciente, porque no tendremos los medicamentos necesarios, porque a las empresas no les interesará el mercado sanitario español. Evidentemente hay que controlar el esfuerzo presupuestario, porque el presupuesto no es infinito, pero la política de este anteproyecto de ley de reducir precios como si fuese el objetivo principal es un camino equivocado. Hay que conseguir la mejor rentabilidad, pensando en los pacientes y no tanto en ahorrar. La mentalidad del ahorro en la salud, como ciudadano, me distorsiona.

No sé si es una de las señas de identidad que la Sanidad Pública establezca un sistema de copago que beneficia a los que tienen mayor rentaJosé María Gimeno FeliúCatedrático de Derecho Administrativo

–¿Puede existir riesgo de desabastecimiento de determinados medicamentos en España?

–Una mala política de gestión de cómo compro los medicamentos, sobre todo si se basa en el precio, puede traducirse en una ruptura de stock. Se nos olvida que el tiempo es un factor muy importante para cumplir las necesidades. En la medida que hago procedimientos administrativos más largos de los que necesitaría un ciudadano para tener un tratamiento, le estoy restando tiempo para cubrir esa necesidad.

–En España se tarda 616 días desde que se aprueba un medicamento…

–Durante 616 días ese nuevo medicamento no se está dando a los ciudadanos españoles que los pudiesen necesitar. El factor tiempo es clave. Tenemos que reducir el tiempo de espera o buscar mecanismos de compensación, porque si no el que sufre es el paciente. Las administraciones están para atender las demandas de los ciudadanos y aquí estamos descuidando eso.

El Catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevista

El catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevistaPaula Argüelles

–Estos factores son los que no han tenido en cuenta el anteproyecto…

Se observa desde hace tiempo en la gestión de los medicamentos un sesgo hacia la idea de que es un gasto que hay que reducir, pero a costa del paciente. El anteproyecto como desconfía del sector empresarial y busca más tensionar la reducción de precios, es como un elefante en una habitación, se olvida del paciente. Y ese es un riesgo que habría que intentar corregir.

–Y estamos a tiempo…

–Sí. Y no es una cuestión de partidos políticos, sino que tenemos que pensar cuál es el mejor modelo.

Cree que estas observaciones las contempla el Ministerio de Sanidad…

–El Ministerio de Sanidad es más consciente y parte de los ajustes podrían venir del Ministerio de Hacienda.

Parte de los ajustes en el anteproyecto de Ley de Medicamentos podrían venir del Ministerio de HaciendaJosé María Gimeno FeliúCatedrático de Derecho Administrativo

–¿Está pesando más el criterio del Ministerio de Hacienda en el anteproyecto de Ley de Medicamentos?

–Podría ser. Hay un sesgo economicista que en el primer borrador no estaba. Habría que equilibrar. Cómo consigo que mi factura, mi inversión, porque no es un gasto, y esto es clave para entender la relación. Si tengo 100, no puedo gastar 110. Pero si tengo 100, movilicemos esos 100 de la mejor manera, y no solo 80, porque entonces 20 se lo estoy quitando al ciudadano en tratamientos. Creo que el Ministerio de Sanidad lo entiende bien, y que puede haber una mayor incomprensión de parte de Hacienda.

–Pero es al final el Gobierno quién se lo permite a Hacienda…

–Por eso, están las alegaciones, y el ministerio tendrá que presentar el proyecto. A la ciudadanía, si se le informa, sí que le interesa saber en qué se invierte el dinero público.

¿La nueva ley amplia aún más el copago sanitario?

–Lo que está estableciendo es un sistema de copago en función del medicamento. El medicamento seleccionado es este, si quiere otro, se lo tiene que pagar, y genera un problema ético muy importante. El que tiene más capacidad adquisitiva va a poder adquirirlo, y el que no la tiene, no va a poder elegir. No sé si es una de las señas de identidad del modelo que hemos diseñado, que la Sanidad Pública establezca un sistema de copago que beneficia a los que tienen mayor renta.

–Sorprende el criterio puramente economista del anteproyecto, máxime cuando viene de un Gobierno que tiene como bandera la Sanidad…

–Sorprende. Creo que la esencia en la adquisición de los medicamentos es tener la mejor oferta terapéutica con mi disponibilidad presupuestaria y con sistemas poco burocratizados, que nos den capacidad de respuesta rápida, porque el tiempo en salud es indispensable. Si tengo que comprar un tratamiento para un paciente oncológico y estamos tardando por temas de compra pública, algo no estamos haciendo bien en la balanza de intereses. Y quién está sufriendo en ese tiempo de espera es el ciudadano.

Si no somos atractivos por un tema de inseguridad jurídica y de burocracia, el sector buscará otros mercadosJosé María Gimeno FeliúCatedrático de Derecho Administrativo

–¿Desincentivaría el desarrollo y posterior lanzamiento de nuevos medicamentos?

–Puede pasar que haya compañías con determinados productos que huyan del sistema público español y privado, y ello provoque que los españoles estemos en una situación diferente en la solución terapéutica que otros países.

–Y que no se siga invirtiendo en I+D+i…

–Invertirán en aquellos países que en la contratación pública se les trate bien. Por eso creo que hay que tener una visión más amplia, no solo pensar en mi ciclo presupuestario a corto plazo. ¿Cómo quiero que esté mi sistema de provisionamiento de medicamentos en España en el 2040? Hay que pensar que el sector fármaco, con toda su leyenda negra, en el fondo ayuda a satisfacer el interés general.

–¿Debería ser un sector estratégico?

–Es un sector estratégico y debería serlo para España. Mucha inversión se está yendo a Estados Unidos o a China, porque se está posicionando como sector estratégico. China hace lo contrario que España. Una gran empresa farmacéutica me contaba que han negociado su portafolio completo de medicamentos con el Gobierno chino y habían fijado un precio, y que lo habían modificado al alza después de firmar el contrato para tener garantía de abastecimiento frente al mercado europeo. Si no somos atractivos por un tema de inseguridad jurídica y de burocracia, el sector buscará otros mercados.

El Catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevista

El catedrático de Derecho Administrativo, José María Gimeno Feliú, durante su entrevistaPaula Argüelles

–El anteproyecto considera sustituible los medicamentos biológicos en la farmacia a diferencia del régimen actual

–Con la ley actual vigente, el que prescribe es el médico, al que no le hemos pedido ningún criterio en esta ley. Puedo entender que a veces los biológicos son muy caros, pero no todos son iguales. Se ha tomado una decisión de sesgo económico y no terapéutico que habría que mirar con lupa, porque podría estar poniendo en cuestión bienes jurídicos a proteger como es la calidad del tratamiento que estoy dando al paciente.

–Si el anteproyecto sale tal como está ahora redactado, sí que se necesitaría que se movilizasen las mareas blancas…

–Habría que poner de relieve a las sociedades políticas que este es un tema central de país, ni de izquierdas ni de derechas, porque la salud y la enfermedad no entienden de ideologías. Si tenemos un buen sistema sanitario público con sus debilidades, lo que no podemos es erosionarlo con una mala regulación de aprovisionamiento de medicamentos. El derecho está para solucionar problemas, no para crearlos y poner barreras burocráticas.

Si no acertamos, nos podemos encontrar en diez años con un sistema de salud no acorde a nuestro PIB ni a nuestro estatus de paísJosé María Gimeno FeliúCatedrático de Derecho Administrativo

Al final estará en juego que cuando compremos medicamentos en esta mitad del siglo XXI en España, acertemos a tener la mejor oferta terapéutica y hacer atractivo al sector para que invierta, y así generen riqueza, y ya no será un gasto, sino una inversión. Si curo a la gente, le prevengo mejor su enfermedad, y encima genero riqueza y perspectivas de trabajo en el sector de investigación, es una oportunidad de país. Es la gran ley de esta legislatura, de Pacto de Estado para hacerlo bien. Si no acertamos, nos podemos encontrar en diez años con un sistema de salud no acorde a nuestro PIB ni a nuestro estatus de país.

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