Amy Hamm
Multan y suspenden a una enfermera por defender la realidad biológica: «Querían que me declarase culpable»
Para Amy Hamm la lucha no ha terminado. De hecho, ha asegurado que siempre defenderá la «libertad de expresión y los derechos de las mujeres basados en el sexo»
Amy Hamm llevaba 10 años trabajando como enfermera, es madre de dos pequeños y nunca había tenido problemas con ningún paciente. Sin embargo, su participación a la donación de una valla de J.K. Rowling marcó su futuro. Tras ello, el Colegio de Enfermeras y Parteras de Columbia Británica la quiso expulsar de su puesto un mes y la multó con casi 100.000 dólares, ¿el motivo? Según la institución, la sanitaria había realizado «declaraciones discriminatorias y despectivas» sobre las personas transgénero.
Valla publicitaria
Desde 2018, Hamm está asociada a varias plataformas por la defensa de los derechos de las mujeres y las menores. No solo por su defensa, sino por la facilidad de las personas para cambiar de género, ya que, según ella, cada vez más mujeres trans (biológicamente hombres) acceden a espacios exclusivos para mujeres, como prisiones y vestuarios
En este contexto, la enfermera manifestó en varias redes sociales su disconformidad y garantizó que no cree en «el concepto de identidad de género» –que defiende que la identidad masculina o femenina de las personas no tiene nada que ver con la realidad de nuestro cuerpo–. De hecho, en algunas publicaciones se ha referido a mujeres transgénero como hombres, puesto que, para ella solo existe una cosa: «La realidad biológica».
Debido a esto, un panel disciplinario cargó contra la enfermera por cometer una «grave falta profesional», al considerar que sus declaraciones provocaron «miedo, desprecio e indignación contra los miembros de la comunidad transgénero». Además, recordó que desde el 2016 las personas transgénero están protegidas por la «ley de discriminación» en Columbia Británica.
Tras esto, recibió la multa –que debe pagar al colegio en un plazo de dos años por los costes del procedimiento– y le informaron de la suspensión de su cargo durante un mes. Ahora, disconforme con el castigo, Hamm ha presentado una apelación ante la Corte Suprema de Columbia Británica, la cual está pendiente de resolución.
«La realidad biológica importa»
Tras lo sucedido, el Colegio de Enfermeras y Parteras de Columbia Británica ha señalado que este caso es «importante», y que hay que defender los derechos dentro del ámbito sanitario. Así, han recalcado que las enfermeras y matronas ocupan «una posición de confianza e influencia en la sociedad», por lo que su deber es «garantizar que el sistema de salud sea seguro y no discriminatorio», afirma CBC News, que se ha hecho eco de la noticia.
Por su parte, Hamm, que recibe apoyo del Centro de Justicia para las Libertades Constitucionales, ha rechazado la sentencia y asevera que ella no ha cometido «ningún delito de odio». De hecho, recuerda que solo ha defendido a las mujeres en todos los ámbitos.
Al hilo, Lisa Bildy, su abogada, ha adelantado que el panel cometió «errores», ya que su cliente solo expresión su opinión de una forma libre y, además, basándose «en la ciencia».
Para ella, la lucha no ha terminado. De hecho, ha asegurado que siempre defenderá «la libertad de expresión y los derechos de las mujeres basados en el sexo». Tras sus declaraciones ha recibido el apoyo de J.K. Rowling, que también está señalada por su posicionamiento.
La famosa escritora J.K. está señalada por su posicionamiento acerca de las personas trans. En uno de sus últimos tweets, la escritora de la famosa serie de novelas de Harry Potter, ha asegurado que «una mujer rubia es un adjetivo + sustantivo. Sin embargo, si se quita 'rubia' de 'mujer', se obtiene una mujer. En cambio, con una mujer trans, si se quita 'trans' de 'mujer', se obtiene un hombre. Si el hombre fuera una mujer, no sería trans». Tras opinar libremente sobre la dictadura trans, una horda de tuiteros la han acusado de «feminista radical que excluye a los trans».