Dos operarios de la Consejería de Medio Ambiente retiran algas de una playa del mar, este domingo
Día Mundial del Medio Ambiente
Nueva manifestación en defensa del mar Menor: claves de una laguna en peligro de muerte
Decenas de voluntarios se han congregado este domingo en las playas de la albufera para exigir soluciones «eficaces y urgentes»
Decenas de voluntarios convocados por 14 organizaciones sociales, vecinales y ecologistas de la Región de Murcia han protestado este domingo, Día Mundial del Medio Ambiente, en varias playas del Mar Menor contra la degradación ambiental de la laguna y para exigir la «urgente» puesta en marcha de soluciones «eficaces y en origen».
Los voluntarios que participan en la protesta se han distribuido por diferentes playas de La Manga, Playa Honda, Los Alcázares, Los Urrutias, Santiago de la Ribera y playa de los Alemanes, donde han realizado una recogida «simbólica» de biomasa generada por la eutrofización del agua y han leído un manifiesto reivindicativo en el que han denunciado el «estado crítico» de este espacio.
Silvia Velázquez, portavoz de la Iniciativa Legislativa Popular tramitada en el Congreso para dar personalidad jurídica a la laguna, ha lamentado que este año «no hay nada que celebrar» con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente y ha señalado que la degradación ambiental de la laguna «va a ir a peor» este verano. Por esta razón, Velázquez ha lanzado un mensaje a las administraciones para que «escuchen» a la sociedad y cumplan la legislación.
Seis años de crisis
Con una superficie de unos 135 km2, el Mar Menor es una de las mayores lagunas litorales hipersalinas del Mediterráneo, separada de este mar por una barra de arena de 22 km, con una profundidad máxima de siete metros.
Según los científicos, el principal factor responsable de la falta de oxígeno en esta albufera es la llegada a la laguna de cientos de toneladas de nitratos de los abonos procedentes de la agricultura intensiva.
Los fertilizantes estimulan en la laguna el crecimiento de algas (fitoplancton), que forman una capa verde o marrón en la superficie, impiden la llegada de luz al fondo, matan a la vegetación del suelo marino, y luego, al morirse ellas y descomponerse, reducen el oxígeno. Así, se crean bolsas donde las condiciones de vida se vuelven imposibles, un fenómeno conocido como «eutrofización», que produce el colapso de ecosistemas acuáticos.
Para el Colegio Oficial de Biólogos de la Región de Murcia, no hay duda: el vertido de nitrógeno «explica, sin ningún género de dudas, la crisis eutrófica actual que resulta en la elevada mortandad de animales, el mal olor, y la turbidez del agua de la laguna».
Pedro García, presidente de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), señaló en declaraciones a AFP en 2021 que creí que la llegada de nitratos al agua era el primer problema, pero no el único: «El excesivo número de puertos deportivos, la destrucción de la costa por las urbanizaciones, la llegada todavía de grandes cantidades de sedimentos mineros...».
Desde la primera oleada de peces y crustáceos muertos, en 2016, se han producido otras dos, en 2019 y en 2021, que han dejado un balance de varias toneladas de animales sin vida.
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