
Imagen de un castor europeo
De la extinción a la expansión: el castor europeo coloniza los ríos españoles
Investigaciones apuntan a que los primeros ejemplares fueron introducidos ilegalmente por activistas de una ONG belga, que distribuyó castores en distintos países europeos
El castor europeo (Castor fiber) se está expandiendo por España, aparentemente debido a sueltas ilegales, ya que no hay registros fiables de su presencia en el país en los últimos 2.000 años y no ha existido un plan oficial para su reintroducción. Según explica a Efe el biólogo Jorge González Esteban, este roedor ha sido detectado en Navarra, La Rioja, País Vasco, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía, lo que exige una gestión adecuada por parte de las administraciones para garantizar su conservación y minimizar los daños que ya está causando.
Recientemente, se han encontrado ejemplares en el Tajo y la cabecera del río Jalón (Soria), cerca de un área donde se proyecta un gran parque fotovoltaico. Su presencia ha sido confirmada mediante grabaciones de vecinos de Benamira.
El castor estuvo al borde de la extinción en Europa debido a la caza indiscriminada por su piel y carne. Para evitar su desaparición, varios países implementaron programas de recuperación, aunque España nunca lo hizo porque la especie no tenía un historial reciente en el territorio.
Investigaciones apuntan a que los primeros ejemplares fueron introducidos ilegalmente por activistas de una ONG belga, que distribuyó castores en distintos países europeos. Los individuos que llegaron a España procedían de un programa de reintroducción en Baviera, Alemania.
En 2003, dos grupos fueron liberados: uno en el río Ebro, en Navarra y La Rioja, y otro en el Miño, en Galicia. Los castores gallegos no sobrevivieron, pero los del Ebro sí, y desde entonces se han expandido hacia el Duero, el Guadalquivir y, más recientemente, el Tajo.
Al detectarse los primeros ejemplares en España, la administración intentó erradicarlos por haber sido introducidos ilegalmente, lo que generó controversia y grupos en su defensa. Finalmente, en 2020, la Unión Europea obligó a España a incluir al castor en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), lo que prohíbe su caza y requiere una gestión específica para su conservación.
Impacto y desafíos
Gracias a los esfuerzos de conservación en Europa, la población mundial de castores supera los 600.000 ejemplares. Sin embargo, en España se desconoce cuántos hay, y preocupa que sigan siendo liberados de forma no controlada, lo que genera conflictos con agricultores ribereños.
Estos roedores, que pueden superar los 30 kilos, carecen de depredadores naturales y consumen grandes cantidades de madera y vegetación ribereña. Su presencia ya ha causado la tala de más de cien árboles y daños en cultivos.
Además, se enfrentan a amenazas como la construcción de infraestructuras sin considerar su presencia, como el parque fotovoltaico Caramonte en Medinaceli, que ignora el impacto sobre la especie protegida.
El castor ha llegado a España «por la puerta de atrás» y sigue en un limbo legal. Sin medidas adecuadas, su expansión continuará generando conflictos y desafíos ambientales.