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Planta solar fotovoltaica flotante

Planta solar fotovoltaica flotanteVIALTERRA

Energía solar flotante: ¿una solución sostenible o un riesgo para los ecosistemas acuáticos?

Varios embalses españoles ya cuentan con placas fotovoltaicas en su superficie que, además de producir energía, reducen la evaporación de las masas de agua

El auge de las energías renovables es palpable. Tanto nuestro país como el resto de potencias mundiales han apostado por colocar placas solares y aerogeneradores para producir cada vez más energía de manera sostenible y poder llegar en los próximos años a la neutralidad de carbono.

Si bien se están explorando nuevas vías de producción de energía renovable, como la geotermia o el hidrógeno verde, también se continúa expandiendo las ya conocidas por otros lugares, como ocurre con la eólica marina, que se basa en colocar molinos en las costas, o la solar flotante, que consiste en situar placas fotovoltaicas en masas de agua artificiales, como pantanos, embalses o estanques.

Según datos del Banco Mundial, esto podría duplicar la capacidad instalada existente de energía solar, ya que en el mundo hay más de 400.000 kilómetros cuadrados de depósitos artificiales de agua. Sin embargo, surgen las dudas acerca de esta práctica: ¿se trata de una solución sostenible o, por el contrario, supone un riesgo para los ecosistemas acuáticos?

Aumento de los gases de efecto invernadero

Un reciente estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology y llevado a cabo en estanques experimentales en la Universidad de Cornell, demostró que la instalación de paneles solares flotantes con una cobertura del 70 % llevó a un aumento significativo de las emisiones de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO₂) en los estanques.

Los investigadores observaron, por tanto, que la eficiencia en la producción de energía y la conservación del agua son beneficios notables de este tipo de renovable, pero pueden venir acompañados de desafíos ambientales.

Entre ellos destaca la reducción de oxígeno disuelto, que se produce por la sombra creada por los paneles, que reduce la fotosíntesis creando condiciones casi anóxicas que favorecen la producción de metano. Por otro lado, la investigación señala que la cobertura de los paneles induce una homogenización de la temperatura del agua, afectando la estratificación térmica natural y, por ende, la dinámica de los gases disueltos.

El trabajo muestra también un aumento en las concentraciones de CO₂ y CH4 disueltos, lo que, a pesar de reducir las emisiones difusivas debido a una menor área de intercambio con la atmósfera, se compensa con un incremento en la ebullición de metano.

Los responsables del estudio plantean la necesidad de reevaluar la sostenibilidad de los sistemas de fotovoltaica flotante, especialmente al considerar que estos pueden contribuir a emisiones de gases de efecto invernadero más altas de lo esperado. Sugieren, por ende, explorar diseños de paneles que minimicen el sombreado o incorporen sistemas de aireación para mitigar los efectos negativos sobre el oxígeno disuelto y la ebullición de metano.

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