
Imagen de un pigargo
El pigargo europeo, el superdepredador reintroducido en el Cantábrico que ahora genera rechazo
Esta especie se alimenta de peces, aves y pequeños mamíferos, lo que podría generar conflictos con especies protegidas o en peligro de extinción por competencia directa o depredación
Durante el siglo XIX, el pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) desapareció —o al menos eso se creía— de la Península Ibérica. Esta majestuosa ave rapaz, similar al águila, puede alcanzar una longitud de entre 69 y 92 centímetros, con una envergadura que supera los dos metros. Aunque sociables entre sí, los adultos suelen vivir en solitario o en pareja.
Hoy en día, esta especie se encuentra repartida por vastas regiones del norte y este de Europa, así como en gran parte de Asia. Hace cuatro años, con el objetivo de reintroducirla en España, comenzó un ambicioso proyecto en la cornisa cantábrica. Sin embargo, la iniciativa no estuvo exenta de controversia: tanto biólogos como ecologistas de las zonas implicadas pusieron en duda que el pigargo hubiera habitado alguna vez esa región, además de advertir sobre el impacto que podría tener sobre las especies locales.
Impulsado por el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), el proyecto arrancó con la liberación experimental de una veintena de ejemplares procedentes de Noruega en Asturias y Cantabria. Para facilitar su adaptación, se construyó una enorme jaula en el concejo asturiano de Ribadedeva, donde las aves permanecieron durante sus primeros meses antes de ser liberadas y comenzar a volar por su cuenta.
Sin embargo, la iniciativa parece haberse estancado debido a las crecientes críticas. Aunque el plan sigue sin un cierre oficial, lo cierto es que los 20 pigargos ya liberados continúan sobreviviendo en un limbo legal, sin que se defina claramente su futuro.
Un depredador en entredicho
La principal objeción que enfrenta el proyecto es la falta de evidencias sólidas que demuestren que el pigargo europeo fue alguna vez una especie reproductora en España. Organizaciones ecologistas, como la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, han sido especialmente críticas. Argumentan que no solo no hay pruebas de su presencia histórica, sino que su reintroducción podría representar una amenaza real para la fauna local.
Se trata de un superdepredador que se alimenta de peces, aves y pequeños mamíferos, lo que podría generar conflictos con especies protegidas o en peligro de extinción por competencia directa o depredación. Por ello, la Coordinadora, junto con otras agrupaciones, ha exigido la captura inmediata de los ejemplares ya liberados para frenar cualquier impacto negativo en el ecosistema.
Por contra, tal y como informa La Nueva España, GREFA considera que se está llevando a cabo una «estrategia de acoso y derribo» contra este proyecto, basada en «noticias falsas» y relatos «sensacionalistas», por parte de colectivos como la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, que hace unos días reclamaba la captura de todos los ejemplares liberados en Pimiango (Ribadedeva) y su retirada del medio natural.
Tras casi tres años de seguimiento mediante GPS y otras técnicas, GREFA ha confirmado el éxito de la adaptación al medio natural de los pigargos europeos reintroducidos en Ribadedeva. Según la organización, los resultados son comparables a los obtenidos en otros países donde esta majestuosa ave rapaz ha sido reintroducida con éxito.
GREFA destaca además que no se han detectado impactos negativos provocados por los ejemplares liberados, ni sobre otras especies ni sobre actividades humanas como la ganadería o la pesca, desmintiendo así las predicciones alarmistas que, en su momento, auguraban conflictos con el entorno. Lejos de los temores iniciales, el proyecto se consolida como un ejemplo de reintroducción responsable y armoniosa.
La falta de consenso entre científicos, ciudadanos y entidades ambientales mantiene en suspenso una idea que nació con divisiones y que, hasta el momento, no ha conseguido generar la confianza necesaria para echar raíces en el norte de España.
Sin embargo, desde GREFA defienden que, lejos de retirar los ejemplares de pigargo europeo ya reintroducidos, la organización reafirma su compromiso con la legislación ambiental vigente en España. Por ello, continuará con las labores de seguimiento y apoyo a estas aves, y anuncia su intención de retomar «cuanto antes» las liberaciones de nuevos ejemplares. Todo ello, subrayan, en beneficio de la biodiversidad tanto española como europea.