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Imagen satelital del mar Caspio

Imagen satelital del mar Caspio

De mar a desierto: el Caspio se evapora y pone en riesgo la biodiversidad y la salud humana

Las previsiones, incluso en los mejores escenarios, muestran una reducción de 112.000 kilómetros cuadrados de agua, un tamaño equivalente al de toda Islandia

Se trata del cuerpo de agua interior más grande del mundo, en ocasiones denominado mar y en otras lago. El mar Caspio es una cuenca endorreica situada entre Europa y Asia y que baña los países de Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Rusia y Turkmenistán. Cubre una superficie de 371.000 km², un área que podría equivaler a la del país de Japón, con un volumen de 78.200 km³.

Sin embargo, esta extensión de agua está disminuyendo paulatinamente y los científicos pronostican que el nivel puede bajar hasta 21 metros para el año 2100. Según una investigación dirigida por la Universidad de Leeds, la masa de agua está reduciéndose debido a que el aumento de las temperaturas provoca que se evapore más agua de la que fluye hacia ella. Incluso si el calentamiento del planeta se limita a menos de 2 °C, es probable que el nivel del mar Caspio disminuya entre 5 y 10 metros, pero si las temperaturas siguen subiendo, el nivel del agua podría descender hasta 21 metros para 2100.

Con esto, el estudio, publicado en la revista Communications Earth & Environment, prevé que cuatro de los diez tipos de ecosistemas exclusivos del mar Caspio desaparezcan por completo, y la cobertura de las zonas marinas protegidas existentes se reduzcan hasta en un 94 %.

Las previsiones, incluso en los mejores escenarios, muestran una reducción de 112.000 kilómetros cuadrados de agua, un tamaño equivalente al de toda Islandia. Debido a que muchas de las zonas con mayor relevancia ecológica y económica se localizan en aguas poco profundas, esto podría acarrear importantes repercusiones para la biodiversidad y la sostenibilidad de las comunidades de la región, advierte el estudio.

Peligro para la fauna

El mar alberga, además, más de 300 especies endémicas, entre ellas los emblemáticos esturiones y la foca del Caspio (Pusa caspica), el único mamífero marino que habita de forma permanente en la región. Según la investigación, la disminución del nivel del agua dejará a las focas del Caspio con un hábitat de reproducción significativamente reducido, restringirá el acceso de los esturiones a los ríos de desove y provocará la pérdida de lagunas costeras y juncales importantes para el desove de otras especies de peces y aves migratorias.

Al no tener conexión directa con el océano y depender en gran medida del caudal del río Volga, este ecosistema ha mostrado históricamente una alta sensibilidad a los cambios climáticos. No obstante, la situación actual derivada del calentamiento global supera con creces cualquier fluctuación natural registrada en siglos pasados.

Pero, además, también afectará a las personas que viven en las inmediaciones del Caspio. En concreto, más de 15 millones de personas habitan en las costas del mar, que dependen de esta masa de agua para la pesca, el transporte marítimo y el comercio. El mar es también importante para la regulación del clima en Asia Central, por lo que su variación podría conllevar cambios meteorológicos y de temperatura.

La salud humana correría peligro, y es que es probable que el lecho marino seco y expuesto libere polvo con contaminantes industriales y sal, algo que ya ocurrió con la desecación del Mar de Aral. Esto podría provocar en la población problemas respiratorios al inhalar esas partículas que se dispersarían por el territorio a través de tormentas de polvo.

Llamada a la acción

Los investigadores sostienen que es fundamental que tanto los responsables políticos como los conservacionistas adopten un enfoque flexible y adaptativo para la protección de la biodiversidad, en lugar de confiar únicamente en áreas protegidas con límites estáticos, ya que estos podrían volverse ineficaces frente a la rápida variación del nivel del agua.

El doctor Simon Goodman, de la Facultad de Biología de la Universidad de Leeds y supervisor del estudio, señaló en un comunicado que una reducción del nivel del mar Caspio parece inevitable, sin embargo, dado que los impactos se desarrollarán a lo largo de varias décadas, creen que aún estamos a tiempo de diseñar estrategias eficaces para conservar la biodiversidad sin descuidar el bienestar y los intereses humanos. «Aunque puede parecer un horizonte lejano, los enormes desafíos políticos, legislativos y logísticos que implica hacen necesario comenzar cuanto antes para aumentar las posibilidades de éxito».

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