Botella de plástico
En sencillo truco que usan los alemanes con una botella de agua para refrescar sus casas
Esta técnica, que ya ha trascendido fronteras, se conoce en Alemania como Flaschenkühlung
Durante los meses más calurosos del verano, muchas viviendas en España, especialmente aquellas sin aire acondicionado ni ventiladores, se convierten en espacios en los que se hace imposible permanecer. Ante esta realidad, ha ganado popularidad una solución simple, económica y eficaz: enfriar las habitaciones con una botella de agua congelada.
Este método casero consiste en llenar una botella de plástico de 1,5 litros con agua del grifo, dejando aproximadamente un 20 % de su capacidad libre. Luego, se introduce en el congelador durante la noche. Una vez completamente congelada, se coloca en un punto alto del cuarto, como una estantería o armario, con un recipiente debajo para recoger el agua que se derrite.
A medida que el hielo pasa de sólido a líquido, absorbe el calor del ambiente en un proceso conocido como «calor latente de fusión». Este fenómeno genera una corriente de aire frío que desciende por la habitación, proporcionando una sensación de frescor que puede durar entre tres y cinco horas. Según estudios térmicos, esta técnica puede reducir la temperatura de una estancia entre uno y tres grados centígrados, siendo especialmente útil para momentos como la hora de dormir o en habitaciones pequeñas.
Para aumentar su efectividad, se pueden combinar otras estrategias domésticas. Una gestión inteligente de ventanas y persianas –cerrándolas durante las horas de más sol y abriéndolas por la noche– ayuda a conservar el aire fresco. Colgar toallas húmedas en zonas con corriente de aire también contribuye a bajar la temperatura mediante evaporación, imitando el efecto de un climatizador. Asimismo, las plantas en balcones y ventanas no solo decoran, sino que refrescan el ambiente gracias a la sombra que proporcionan y a su proceso de transpiración.
Este truco, que ha trascendido fronteras y se conoce en Alemania como Flaschenkühlung, demuestra que, frente al calor, no siempre son necesarias soluciones costosas: a veces, lo más simple puede ser lo más eficaz.