El químico de la Universidad CEU San Pablo, Javier Pérez Castells
La regla para detectar de forma preventiva los incendios forestales, por el químico Javier Pérez Castells
El profesor explica qué factores naturales y humanos han provocado que este verano ardan más de 300.000 hectáreas en España
El químico de la Universidad CEU San Pablo, Javier Pérez Castells, ha analizado las causas de los graves incendios forestales en España este verano, que arrasaron más de 300.000 hectáreas. Explica que la detección temprana no fue el problema, sino una combinación de factores naturales y humanos que convirtieron el campo en un polvorín.
Según Castells, un invierno y primavera muy lluviosos favorecieron la aparición de hierba y matorrales, que se convirtieron en abundante «combustible» con la llegada de un verano extremo: casi 20 días seguidos de ola de calor y temperaturas récord. A ello se sumó la llamada «regla del 30, 30, 30»: más de 30 grados de temperatura, menos de un 30% de humedad y vientos de más de 30 kilómetros por hora, un cóctel que multiplica el riesgo de incendio.
El químico recuerda que muchos fuegos no surgen de pirómanos, sino de descuidos y negligencias, como actividades recreativas en condiciones muy peligrosas. También señala la despoblación rural como un factor clave: la falta de personas que vivan y cuiden el campo ha dejado zonas abandonadas, convertidas en matorrales y vegetación densa mucho más fácil de arder. La pérdida de ganado, prados y caminos en regiones como Asturias, León u Orense, sumada a la falta de limpieza de bosques y cortafuegos, agrava el problema.
Castells advierte que no basta con hablar de hectáreas quemadas: no es lo mismo perder pastos o cultivos de eucalipto que un bosque centenario con gran valor ecológico. Reclama más información clara, planificación a largo plazo y un consenso político real para cuidar los bosques y prevenir futuras catástrofes.