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Planta geotérmica de Hellisheiði

Planta geotérmica de HellisheiðiGetty Images/Johann Helgason

Medio Ambiente

El país europeo ‘verde’ que genera el 99 % de su energía de fuentes renovables

Esta nación del Viejo Continente aprovecha sus recursos al máximo hasta convertirse en un referente en renovables

El panorama mundial actual en lo que a lo energético se refiere se sitúa en plena búsqueda de soluciones renovables para ir abandonando progresivamente los combustibles fósiles. Lo cierto es que en los últimos años se ha avanzado considerablemente en este sentido, hasta el punto de que, en 2024, la electricidad generada por fuentes renovables en Unión Europea alcanzó el 47 % de la electricidad neta total.

No obstante, existen países en el propio continente que ya abastecen sus necesidades casi al 100 % con energías renovables, como es el caso de Islandia. La nación nórdica es ampliamente reconocida como una de las mayores reservas de energía limpia del mundo gracias a sus singulares condiciones geográficas y geológicas. Estas particularidades han permitido al país aprovechar de forma excepcional tanto los recursos geotérmicos como los hidroeléctricos, un proceso que comenzó a desarrollarse a lo largo del siglo XX. Fue entonces cuando los islandeses empezaron a explotar de manera planificada su potencial natural para generar energía sostenible, situando a la nación entre los líderes mundiales en producción eléctrica renovable.

En la actualidad, el 73 % de la electricidad islandesa procede de centrales hidroeléctricas, mientras que el 26,8 % proviene de energía geotérmica, lo que se traduce en que más del 99 % del consumo eléctrico nacional tiene origen renovable. Esta apuesta se refleja también en la vida cotidiana: el 90 % de los hogares utiliza agua geotérmica para la calefacción, extraída mediante perforaciones subterráneas y distribuida a través de tuberías directamente hasta las viviendas. El resto de los edificios se calientan con electricidad de fuentes renovables.

La combinación de abundantes recursos renovables y un entorno empresarial favorable ha atraído a inversores interesados en reducir la huella de carbono de industrias de alto consumo energético, como las fundiciones de aluminio o los centros de datos.

Aunque Islandia aún depende de combustibles fósiles importados para el transporte –ya que barcos, aviones y automóviles continúan utilizando energía convencional– el uso de vehículos eléctricos crece con rapidez. En los últimos años se han realizado importantes inversiones en redes de carga, y hoy existen estaciones disponibles a lo largo de toda la carretera de circunvalación. Estas iniciativas se alinean con la política gubernamental de disminuir la dependencia del país de los combustibles fósiles.

El sector pesquero también ha logrado avances significativos: en 2014 las emisiones se redujeron un 43 % respecto a 1990, gracias al empleo de barcos más eficientes, al sistema de cuotas y a la creciente electrificación de los procesos de producción de alimentos marinos.

Referente para otros países

Aunque cada vez más países toman el ejemplo de Islandia, ninguno ha conseguido explotar plenamente sus recursos geotérmicos, y eso pese a que el 25 % de los ciudadanos del Viejo Continente vive en zonas que podrían beneficiarse de este tipo de energía. El país nórdico tiene una normativa geotérmica clara, políticas que reducen el riesgo económico de la perforación y programas de formación para adquirir conocimientos geotérmicos. Con esas medidas, con el paso de los años se ha convertido en un referente en energía renovable.

La transición energética islandesa comenzó hace casi 100 años en el contexto de tensiones europeas, depresión mundial y seguridad energética en aumento. En ese momento, las autoridades del país decidieron dejar a un lado el carbón y comenzar a aprovechar la geotermia. Este camino fue, no obstante, duro en sus comienzos, ya que los ciudadanos veían cómo los costes de esta nueva energía eran considerables, por lo que los políticos tuvieron que convencerles de que los beneficios valdrían la pena con el paso del tiempo.

Ahora, mientras el resto del mundo ansía la descarbonización, Islandia presume de obtener casi el 100 % de su energía de fuentes renovales. De hecho, las empresas extranjeras tienen el ojo puesto en la isla norteña para poder instalarse y obtener energía verde barata. Tanto que este interés supera con creces la capacidad actual del país.

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