Huracán Melissa visto desde satélite
Finaliza una temporada de huracanes «loca y extraña», con 13 tormentas con nombre y desarrollo «inusual»
El distintivo de la temporada fue haber comenzado con «un golpe» y luego un «un pico con actividad suprimida»
La temporada de huracanes en el Atlántico ya ha finalizado, puesto que se extiende oficialmente del 1 de junio al 30 de noviembre. Este año, la actividad atmosférica ha desconcertado a los expertos, que califican la temporada como «extraña». La actividad, de hecho, se mantuvo inusualmente baja justo en el pico del periodo, para después coger fuerza con potentes huracanes como Melissa, que dejó cerca de 70 muertos en seis países diferentes.
El científico atmosférico Phil Klotzbach explicó a Telemundo que este fue un año «extraño, alocado» y «difícil de describir», con un total de 13 tormentas con nombre. Algo en lo que también coinciden los expertos de Meteored, que destacan ese período de inactividad inicial que dio paso a otro que alternó entre lapsos de aparente calma y episodios de intensa actividad ciclónica. Fue precisamente en estos en los que surgieron algunas de las tormentas más poderosas registradas en los últimos años, como Erin, Humberto y Melissa, todas de categoría cinco.
Erin protagonizó el mayor incremento de vientos sostenidos en un solo día, al pasar de 120 km/h a más de 250 km/h acompañado de un descenso de presión histórico, señal de una intensificación extrema. Melissa, por su parte, destacó por desarrollarse después del pico de la temporada y experimentar una intensificación explosiva. El 28 de octubre de 2025, mientras avanzaba hacia Jamaica, batió el récord de la ráfaga de viento más fuerte jamás registrada, alcanzando los 405 km/h.
Con todo, las previsiones de los meteorólogos, que anticipaban una temporada por encima de la media, se han terminado cumpliendo pese a que el número total de tormentas fue menor. La clave está en una métrica llamada energía ciclónica acumulada, que mide la intensidad y la duración conjunta de todas las tormentas tropicales registradas en ese periodo.
El distintivo de la temporada fue haber comenzado con «un golpe» y luego un «un pico con actividad suprimida», además de tormentas que evitaron tocar Estados Unidos al desplazarse hacia el este, explicó a Efe el profesor Hugh E. Willoughby, experto en huracanes de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
Ninguno tocó tierra en EE.UU.
Otro de los hechos llamativos de esta temporada de huracanes es que ninguno tocó tierra en el territorio continental de Estados Unidos, algo que no ocurría desde hacía una década. Esto contrasta con las cinco tormentas que impactaron territorio estadounidense en 2024, con Helene como la mayor, que dejó más de 200 muertes en el sur.
«Es una temporada más activa de lo normal, pero no por mucho. Se fueron al este de Estados Unidos y eso explica por qué EE.UU. se libró relativamente fácil, pero obviamente si vives en Jamaica, no parece una temporada inactiva», expresó Willoughby en una entrevista telefónica.
Nueve de las diez últimas temporadas de huracanes en el Atlántico han sido superiores a lo normal, una tendencia que se atribuye a las altas temperaturas del océano y al fenómeno de La Niña, que suele debilitar los vientos en altura que inhiben la formación de huracanes.