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29 de abril de 2024

Elon Musk pretende que X sea una red social de pago

Elon Musk pretende que X sea una red social de pagoAFP

La semana tecnológica

Pagar por Twitter será un problema

Musk pretende convertir la red social en un modelo de pago, pero no ofrece demasiado a cambio

La última idea loca de Elon Musk es obligar a la gente a pagar por X, más conocida como Twitter. Si algunos ya se despidieron de la red social cuando pasó a manos del dueño de Tesla, ahora hay otro grupo que también dice adiós porque no piensa pagar por poner tuits. Detrás de esto también hay una corriente ideológica que se lleva muchas cosas por delante, pero existe un cansancio generalizado a pagar cuotas por todo. Desde ver una serie, a leer un periódico, a ir al gimnasio o a comprarse un móvil.

España

En España, Musk se va a encontrar con un panorama inédito. Según el informe del Digital News Report 2022, elaborado por Reuters Institute y Oxford University, el 12 % de los españoles paga por leer noticias en medios digitales y cada persona lo hace en un único medio.
En Suecia el 33 % paga por una suscripción, en Finlandia y Estados Unidos el 19 %, en Australia el 18 %, mientras que en Italia lo hace el 12 %, en Francia el 11 %, en Japón el 10 % y en Reino Unido el 9 %.
No deberíamos comparar a Twitter con un medio de comunicación, pero es lo más parecido. El problema es que X ha sido gratis durante tantos años que ahora será imposible ponerle puertas y, si lo hacen, no tardarán en salir otras redes sociales parecidas, como Threads, a devorar como buitres el cadáver del negocio de Musk.
El enorme problema cultural que hay en España hace que pagar por leer un libro o un periódico esté mal visto. Hasta hace unos años podía descargarse un estreno y evitarse los 9 euros del cine. La mentalidad se basa en que pagar por eso supone un gasto y, lo más importante, se puede conseguir gratis. No se le da valor a aquello por lo que hay que pagar.

Twitter Blue

Si Musk no ofrece algún tipo de aliciente al usuario por pagar por estar en X, que se olvide de rentabilizar el negocio. Twitter Blue no aporta demasiado al margen de editar tuits, la verificación y activar las propinas por si alguien se anima a dar una limosna por el contenido. El agujero en el bolsillo se hace demasiado grande.
Reestructurar Twitter es complicado porque el tinte ideológico que tiene hace que desde la izquierda y la derecha se vea como un enemigo de unos y otros. Luego queda la relación con los medios para limitar las fake news, pero sin entrar en cancelaciones por pensar de una u otra manera y, por último, la opinión que el tuitero de turno quiera dar sobre cualquier tema en cualquier momento sin pensar en herir a colectivos.
El futuro de Twitter es un misterio. Ese gran foro donde todo el mundo opina incluidos los personajes más relevantes del mundo y los medios lanzan sus noticias en tiempo real desaparece. Lo hace engullido por las dudas de Musk sobre si abrir o no la jaula del pájaro para que vuele solo.
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