¿Invertirías tu pensión en startups españolas?
El volumen de empresas tecnológicas y de científicos de primer nivel en España contrasta con el bajo nivel inversor tanto público como privado, ¿no nos atrevemos a apostar por nosotros mismos? En EE.UU. el 10 % de los fondos de pensiones se invierten en empresas
En este país, tan propenso a zambullirse en el carajal de conceptos, culpabilidades y méritos que más convenga en cada momento, confluyen en pocos días una serie de datos que apuntan directamente a nuestra forma de interpretar la innovación. Qué tal esto: ¿invertirías el dinero de tu pensión en empresas de reciente creación y rápido crecimiento potencial? ¿En startups españolas?
Las spin off de deep tech son, por lo general, empresas surgidas a partir de líneas de investigación científica o tecnológica. Buscan llevar al mercado esos hallazgos en el ámbito de las tecnologías de vanguardia. Bien gestionadas, están ofreciéndonos casos de éxito fabulosos, como Voptica de Pablo Artal, Sensia de Laura Lechuga o iPronics de José Capmany, entre muchas. Hemos conocido, según Mobile World Capital Barcelona, que hay 1.007 spin offs activas en España, un 3,6% más que en 2023, y que se concentran fundamentalmente en biotecnología (19,8 %), TIC (17,4 %) y salud (16,7 %).
¿Invertirías el dinero de tu pensión en empresas de reciente creación y rápido crecimiento potencial?
Casi al mismo tiempo, bombardeo de nuestras universidades y centros científicos con las cifras de investigadores que aparecen en la prestigiosa «Lista del Top 2 % de Científicos 2025» que elaboran la Universidad de Stanford y Elsevier. El criterio principal de clasificación es el número de veces que son citadas las publicaciones del elegido. Mucha satisfacción en general: 221 la Complutense de Madrid, menudo subidón, 129 de la Universidad de Valencia, 189 de la Universidad del País Vasco… buen material para seguir creando spin off de deep tech.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, participa en el Encuentro España-Reino Unido 2025 organizado por el ICEX, un poco en modo carajal: se lleva a una empresa de alta tecnología, especializada en algoritmos cuánticos llamada Multiverse Computing, que tiene a ese genio llamado Román Orús al frente del equipo científico, en una delegación en la que se encuentran también compañías de consumo como Clikalia, Shakers y los fondos españoles K Fund, The Venture City, Adara Venture y Wayra. No hablan el mismo lenguaje, son cosas muy distintas, es como juntar a Pérez-Reverte, Florentino Pérez y Avelino Corma.
Carlos Cuerpo, participa en el Encuentro España-Reino Unido 2025 organizado por el ICEX, un poco en modo carajal
El año pasado, un estudio más bienintencionado que riguroso de Back Fund, nos decía que el Ibex 35 vive de espaldas al emprendimiento tecnológico español, a las startups. Aquí empezamos a entrar en materia. Nuestras grandes corporaciones no tienen esa clase de mentalidad que impulsa a Goldman Sachs a negociar un acuerdo de 1.000 millones de dólares para adquirir la empresa de representación de atletas e inversiones deportivas Excel Sports Management. Qué se le ha perdido a nuestro Ibex 35 en el mundo de los deportes y en la biotecnología y el resto de ámbitos deep tech, ¿verdad?
Lo cual nos lleva al último informe que añadimos a la olla de este maremágnum de octubre. Lleva la firma de tres entidades: European Women in VC, Pensions for Purpose y Venture Connections, y viene a corroborar que Europa (España no es una excepción, sino más bien lo contrario), sufre una brecha de financiación de actividades innovadoras debido a la falta de inversores institucionales.
El Ibex 35 vive de espaldas al emprendimiento tecnológico español
«Invertir entre el 1 % y el 2 % del dinero de las pensiones en capital riesgo sería transformador para Europa y los propios fondos de pensiones», afirma Kinga Stanislawska, fundadora de European Women in VC y socia de Experior VC. Los fondos de pensiones europeos gestionan más de tres billones de euros en activos, pero solo alrededor del 0,12 % se invierte en capital riesgo y crecimiento. En Estados Unidos, la asignación ronda el 10 %.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social no es que vaya de fondo soberano agresivo. Invierte alrededor de 16.000 millones de euros principalmente en deuda pública española y, en menor medida, en deuda de Alemania, Francia y Países Bajos. El documento sobre «Criterios de Inversión y Gestión del Fondo de Reserva 2024» nos informa de que también compra activos emitidos por el ICO (Instituto de Crédito Oficial). Todo queda en casa.
Invertir entre el 1 % y el 2 % del dinero de las pensiones en capital riesgo sería transformador para Europa y los propios fondos de pensionesFundadora de European Women in VC
¿Por qué somos tan reacios a jugárnosla con nuestros innovadores? Es seguramente un tema cultural. No diré que no entendemos la tecnología para que nadie se ofenda, pero sí que entre una startup de fotónica y una operación inmobiliaria o un negocio turístico en una zona atractiva, no hay color, por mucho que el producto de la primera pueda ser clave en los centros de datos del futuro o en las comunicaciones seguras en el espacio.
Hay momentos en que este tipo de cuestiones sí son relevantes. Meter al Fondo de Reserva a invertir en empresas da vértigo, en efecto. Nuestro sector público no se ha ganado una buena reputación como inversor, aunque la SETT está dando algunos golpes de efecto interesantes. Menos mal. Lo de la SEPI ha sido un poema medieval. Si no creemos nosotros en nuestra capacidad de innovar y transformar el mundo, quién lo va a hacer.
Lo de la SEPI ha sido un poema medieval
El Regional Entrepeneurship Acceleration Program (REAP) del MIT Sloan School of Management publicó en 2023 un informe con frases como esta: «las debilidades del ecosistema de innovación español son preponderantes, y muchos expertos consideran que el país está ‘estancado en la mediocridad’ y ‘vive al margen de la revolución tecnológica’, con una fuerte y preocupante propensión a incorporar tecnología externa».
Cómo es posible describir con palabras tan duras a un país líder en número de doctorados, «reconocido por la calidad de sus técnicos e ingenieros, con una sólida formación teórica, así como por la alta calidad de sus resultados científicos y de investigación»; un referente «en áreas como el establecimiento de infraestructuras tecnológicas de la información y la comunicación (TIC), la movilidad inteligente, la conectividad móvil o las plataformas de pago». Resulta difícil de entender, cierto.
Pero es que en España existe un «enfoque educativo eminentemente teórico» y es perceptible una «baja participación e involucración estudiantil en iniciativas emprendedoras y de creación de valor o en acciones orientadas a la resolución de problemas y a la generación de impacto». Solo el 18 % de los profesores universitarios con doctorado «participan en actividades de transferencia de tecnología».
Solo el 18 % de los profesores universitarios con doctorado «participan en actividades de transferencia de tecnología»
La Ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de la Administración Pública de 1984 limita todavía «la participación de investigadores públicos en empresas que exploten el conocimiento derivado de sus investigaciones», y algunos de los instrumentos existentes de «promoción de la contratación de personal de I+D (como los programas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva) no permiten la participación de investigadores financiados con fondos públicos en empresas».
En fin, Italia abre brecha con España en el número de operaciones de capital riesgo en sur de Europa. La consultora Pitchbook lo atribuye a que las empresas familiares transalpinas se están volviendo más abiertas al capital externo. Algo así no vendría mal en nuestro país. La recaudación de fondos en el primer semestre de 2025 se ha desplomado a una tercera parte. No es un asunto de patriotismo, sino de racionalidad económica: si los fondos extranjeros confían más en nuestras empresas de base tecnológica, o los tontos son ellos, o lo somos nosotros.