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Eugenio Mallol

El ‘arma tecnológica’ de Europa frente a EE.UU. y China

Los gigantes digitales norteamericanos y los productores asiáticos venden sus servicios a la industria europea y se llevan el conocimiento, pero aún estamos a tiempo de hacer valer esa ventaja competitiva clave, sin ella no hay negocio

Hace ya una década, durante una comida en las oficinas del entonces Centro de Tecnología de Móstoles, rebautizado hoy como Technology Lab, un alto directivo de Repsol me habló del momento de lucidez en el que sentaron en la mesa a IBM para renegociar el acuerdo que habían firmado.

Los tiempos se encargan de separar lo esencial de lo accesorio y, en plena crisis de identidad de nuestra industria, cuando faltan asideros a los que agarrarse para mantener la competitividad de Europa frente a Estados Unidos y China, el ‘arma tecnológica’ que usó Repsol entonces sigue casi intacta. Siempre que Bruselas deje de estorbar y decida arremangarse, claro.

La multinacional española había desarrollado una potente herramienta informática llamada Excalibur para realizar una evaluación integral de los yacimientos petrolíferos usando técnicas matemáticas. El Barcelona Supercomputing Center le daba soporte y, en las primeras pruebas internacionales celebradas en Noruega, consiguió batir con claridad a una potente universidad norteamericana. Había la posibilidad de ir aún más lejos.

Repsol había desarrollado una potente herramienta informática llamada Excalibur

Así nació el proyecto Pegasus, con el que Repsol quería dar el siguiente paso. Su objetivo era añadir inteligencia artificial y para eso implicó nada menos que al Watson Laboratory de IBM en Nueva York. Aquella alianza iba a suponer un avance inaudito en computación cognitiva, un modelo del que hoy apenas se habla ya diseñado para convertir al ser humano en una parte más del procesamiento de información.

Fue en ese punto de implicación máxima cuando los directivos de la energética española cayeron en la cuenta de que estaban pagando una considerable factura a IBM fundamentalmente para que… ¡aprendiera su negocio! Los norteamericanos les estaban vendiendo su tecnología y se estaban llevando gratis total, además, un conocimiento sobre el sector energético enormemente valioso. El contrato se revisó y, según la versión de mi compañero de mesa, el importe a pagar se ajustó de forma considerable.

El contrato se revisó y el importe a pagar se ajustó de forma considerable

La realidad es que, pese a estas experiencias, el dominio de los proveedores de tecnología digital en su relación con la industria europea ha crecido con el tiempo. No se ha sabido utilizar esa ‘arma tecnológica’. Hace poco tuve la oportunidad de conversar con Ozgur Tohumcu, director de Automóvil e Industria de Amazon Web Services (AWS), líder destacado del negocio de la nube, con cerca del 33 % del mercado mundial, y me lo confirmó. Aunque los gigantes tecnológicos suelen usar la retórica de las «alianzas».

Fabricantes como Ferrari, Mercedes-Benz o BMW ejecutan ya en AWS prácticamente todas las operaciones del ciclo de vida del coche: el diseño, la venta en el concesionario, los servicios postventa, la conectividad del vehículo en carretera, los sistemas de conducción autónoma... todos los momentos del coche europeo se procesan en la nube del gigante norteamericano.

Todos los momentos del coche europeo se procesan en la nube de AWS

En el caso de China, la trampa en la que ha caído Europa es la contraria. Ha regalado igualmente conocimiento industrial, pero esta vez para pagar menos por los componentes y los productos terminados y, supuestamente, para tener acceso al descomunal mercado asiático.

Es cierto que las ventas de BMW en China superan hoy las de todos los vehículos eléctricos chinos en Europa, no olvidemos este dato. Pero el Gobierno de Xi Jinping ha aprovechado la buena disposición (o la ingenuidad de pensar que la contraparte era ingenua) europea para inundar de subsidios y ayudas públicas a su sector productivo con el que, en poco tiempo, hemos generado una relación de dependencia total.

Xi Jinping ha aprovechado la buena disposición europea para inundar de subsidios y ayudas públicas a su sector productivo

La buena noticia es que el ‘arma tecnológica’ de Europa frente a EE.UU. y China sigue, al menos durante un tiempo, plenamente operativa. En una ocasión, el director mundial de Tecnología y Estrategia de Siemens, Peter Koerte, me dio una idea clave: «hay una explosión de fabricantes de robots en China en estos momentos y están bajando los precios, lo cual es interesante porque lo interesante ya no es tanto el hardware y el motor que los impulsa, sino el control, es decir, la inteligencia. Para nosotros, es un gran mercado. No construimos los robots, pero están usando nuestro equipo y nuestros componentes en él».

Habrá que ir con cuidado porque, como explica el profesor de la IE University y creador del CyPhy Life Lab, Eduardo Castelló, China ha tomado claramente la delantera en robótica. Basta una visita a las sedes de sus jóvenes gigantes en la materia para encontrar humanoides y toda clase de dispositivos móviles autónomos a precios ultracompetitivos realizando tareas que requieren conocimiento del entorno e inteligencia artificial a unos niveles desconocidos hasta ahora.

China ha tomado claramente la delantera en robótica

Volví a hablar con Peter Koerte esta primavera en Múnich y me anunció reuniones inminentes de la industria con la Comisión Europea para avanzar en una estrategia basada en el uso de esa ‘arma tecnológica’ que descubrió Repsol al bajar a IBM a sus pozos de petróleo.

«Es un momento único», aseguraba el directivo de Siemens, «en comparación con Estados Unidos, nuestra base industrial es mucho más fuerte. Solo China rivaliza con ella. Pero ¿con quién preferirían trabajar en el mundo occidental? Por supuesto, con empresas europeas que les ayuden a hacer que sus industrias e infraestructuras sean más productivas y resilientes».

Los gigantes de la tecnología digital necesitan aprender el negocio de la industria europea para ofrecerle buenos servicios

Los gigantes de la tecnología digital necesitan aprender el negocio de la industria europea para ofrecerle buenos servicios. De lo contrario, corren el riesgo de que los departamentos de software de sus potenciales clientes presenten una alternativa en el mercado que compita directamente con ellos. Siemens tiene una de las mayores plantillas de informáticos del mundo y un aparente dinosaurio como ThyssenKrupp acaba de anunciar que reforzará su área digital y sale de compras.

bandera europa

Los proveedores de soluciones MES, sistemas de control a que integran la actividad de toda una planta, como Fernando Molinuevo y Diego Sáez de Eguílaz, fundadores de la española MESbook, lo saben bien. Ahora conocen a la perfección desde el sistema de producción de una azulejera hasta cómo gestiona inventario una cooperativa agrícola. Para vencer en la gran batalla comercial en curso, Europa tiene un ‘arma tecnológica’ clave. La cuestión es si sabremos usarla y si podemos contar con la política para ello.

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