La nueva exigencia burocrática para los ganaderos españoles que solo es obligatoria en cinco países

El incremento constante de los costes fijos ha lastrado la actividad de los ganaderos en los últimos años. Uno de los modelos de explotación más sacudido ha sido el bovino de carne, en particular el extensivo.

La escalada de gastos incluyó una feroz y persistente sequía que además provocó desembolsos mayores en piensos. Los problemas se acentuaron aún más en el tercio final de 2023 con la llegada de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una dolencia que no afecta a humanos, pero que se ensañó con la cabaña ganadera.

El cúmulo de factores hizo tambalear el medio de vida de cientos de miles de agrarios. Muchos no resistieron el envite y tuvieron que cesar la actividad. Según datos de Eurostat, solo en 2024, la Unión Europea perdió 1 millón de vacas. La merma en el periodo 2021-2024 ascendió a 1.763.000 vacas y supone una caída del 5 % en tres años.

Las dificultades sufridas en las fincas han encontrado en 2025 un significante respiro. La climatología ha ofrecido su mejor cara y la reducción de la cabaña ganadera da mayor valor a las nuevas crías. Las vacas valen más que nunca y los ganaderos sienten el viento a favor después de años de extrema dureza; sin embargo, la burocracia excesiva que se denuncia de manera reiterada desde las explotaciones vuelve a aparecer en el horizonte.

Será obligatorio que los bovinos nacidos después del 30 de junio de 2025 (y voluntario para los demás) contar con un crotal electrónico en la oreja izquierda y un crotal convencional en la oreja derecha. «Más trabas, más burocracia y mayores costes para los ganaderos de vacuno extensivo. El Ministerio de Agricultura da otra vuelta de tuerca y, sin escuchar al sector, complica y encarece la identificación animal con un nuevo sistema que la mayoría de los países de la UE han rechazado y cuyo coste recae de manera exclusiva en el ganadero», lamenta Asaja.

Las voces que claman a favor de una simplificación administrativa no calan en el Ejecutivo, consideran los ganaderos: «El Ministerio de Agricultura se empeña en incrementar los costes de los ganaderos de extensivo y sobre todo en complicarles todavía más la gestión de sus explotaciones, sin que medie una obligación legal para hacerlo y sin que de ello se derive ningún beneficio adicional para el ganadero o para el consumidor».

El Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo no establece la obligación de implantar este sistema de identificación electrónica en vacuno, de hecho, según el informe de la Comisión Europea publicado en agosto de 2023 solo cinco países han establecido la identificación electrónica obligatoria en todo su territorio.

La organización agraria condena la falta de conexión del Gobierno con su realidad, ya que mientras que para ellos la preocupación por la identificación animal y la trazabilidad «quedó resuelta hace ya más de 30 años cuando se impuso la identificación individual mediante crotal auricular», la Administración implementará esta nueva obligación pese al desacuerdo de los productores.

«El crotal electrónico no ofrece ninguna garantía adicional en lo que se refiere a trazabilidad, supone un sobrecoste y dificulta la gestión del manejo y el movimiento de animales. El mayor coste de los crotales y de los duplicados, la imposibilidad de realizar el movimiento de animales que han perdido el crotal electrónico hasta su sustitución, o el manejo y la distorsión que se dará con los animales importados, en los que esta identificación no es obligatoria, son tres de los problemas que se presentan ante esta nueva obligación», asevera Asaja en un comunicado.

Los ganaderos trasladan su compresión por el avance que puede suponer la identificación electrónica en la automatización de los procesos en los cebaderos industriales, aunque destacan que si la totalidad de la cadena no está preparada con la tecnología adecuada es un movimiento incoherente. Asaja insta al Ministerio a no implantar este nuevo sistema de identificación electrónica obligatoria en el caso del vacuno, y a no ir más allá de permitir su uso con carácter meramente voluntario.