El sol está en constante actividad, por ello se pueden producir explosiones. El próximo jueves o viernes la Tierra podría vivir una tormenta solar «caníbal». Las tormentas de radiación solar ocurren cuando una erupción magnética a gran escala, que a menudo provoca una «eyección de masa coronal o CME» y una llamarada solar asociada, acelera partículas cargadas en la atmósfera solar a velocidades muy altas.
Las dos masas que se dirigen a la Tierra, liberadas por las regiones activas 12945 y 12976 que se desprendieron del sol el pasado 28 de marzo. Ahora se han fusionado y viajan hacia nosotros a una velocidad de 3.027.599 kilómetros por hora.
Los daños en la Tierra serán diminutos. Se espera que la tormenta se absorba de manera inofensiva por nuestro cuerpo magnético. En el peor de los casos la tormenta solo alcanzará la clase G3 –tormenta fuerte–, ya que este tipo de eventos van del G1 al G5.
El Centro de Predicción del Tiempo Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), advirtió que podría producirse una carga en la superficie de los componentes de los satélites, que podría aumentar la resistencia en los satélites de órbita terrestre baja y que podrían ser necesarias correcciones por problemas de orientación. También podría causar problemas mínimos en los sistemas de energía y en los sistemas de navegación.
Además, podrán producirse auroral boreales en zonas más al sur de lo habitual, como por ejemplo en Nueva York, según ha comunicado la Oficina de Meteorología.
«Pueden producirse problemas de navegación por satélite y de radiofrecuencia de baja frecuencia, la radio HF puede ser intermitente», dijo el NOAA en una advertencia.
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