Capa de ozono
Ciencia
El motivo que está afectando a la capa de ozono y que no tiene que ver con el cambio climático
Los lanzamientos de cohetes y la reentrada de desechos espaciales liberan contaminantes a la atmósfera media, donde pueden dañar la capa de ozono
El rápido aumento global de lanzamientos de cohetes puede estar comprometiendo la recuperación de la vital capa de ozono, concluye una nuevo estudio publicado en npj Climate and Atmospheric Science.
En los últimos años, el cielo nocturno se ha llenado de satélites provenientes de constelaciones en rápida expansión en órbita terrestre baja, impulsados por una industria espacial en auge. Si bien este desarrollo ofrece oportunidades tecnológicas, también plantea nuevas preocupaciones ambientales.
Los lanzamientos de cohetes y la reentrada de desechos espaciales liberan contaminantes a la atmósfera media, donde pueden dañar la capa de ozono, que protege la vida en la Tierra de la dañina radiación UV, según el nuevo estudio, informa ETH Zurich.
Un aumento preocupante
La investigación sobre los efectos de las emisiones de cohetes en la capa de ozono comenzó hace más de 30 años, pero durante mucho tiempo, estos efectos se consideraron menores. Esta percepción está comenzando a cambiar a medida que se acelera la actividad de lanzamiento. En 2019, solo hubo 97 lanzamientos de cohetes espaciales orbitales a nivel mundial. Para 2024, esa cifra había ascendido a 258 y se prevé que siga aumentando rápidamente.
En la atmósfera media y alta, las emisiones de cohetes y desechos espaciales que reentran pueden permanecer hasta 100 veces más tiempo que las emisiones de fuentes terrestres debido a la ausencia de procesos de eliminación, como el lavado provocado por las nubes. Si bien la mayoría de los lanzamientos se producen en el hemisferio norte, la circulación atmosférica distribuye estos contaminantes a nivel mundial.
Para comprender mejor el impacto a largo plazo del aumento de las emisiones de cohetes, un equipo internacional de investigación dirigido por Laura Revell, de la Universidad de Canterbury que utilizó un modelo climático químico desarrollado en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) y el Observatorio Meteorológico Físico de Davos (PMOD/WRC), simuló cómo las emisiones proyectadas de cohetes afectarán la capa de ozono para 2030.
Suponiendo un escenario de crecimiento con 2.040 lanzamientos anuales en 2030 (aproximadamente ocho veces la cifra de 2024), el espesor promedio global del ozono disminuiría casi un 0,3 %, con reducciones estacionales de hasta un 4 % en la Antártida, donde el agujero de ozono aún se forma cada primavera.
Si bien estas cifras pueden parecer modestas a primera vista, el estudio advierte que es importante recordar que la capa de ozono aún se está recuperando de los daños causados por los clorofluorocarbonos (CFC) de larga duración, que fueron prohibidos con éxito por el Protocolo de Montreal en 1989. Sin embargo, hoy en día, el espesor de la capa de ozono global aún se encuentra aproximadamente un 2 % por debajo de los niveles preindustriales y no se espera que se recupere por completo hasta alrededor de 2066.